Rincones del noreste de Londres

16 de Diciembre de 2012
  • El mercado de ropa vintage en Camden Passage. Es visitado por diseñadores en busca de inspiración y personajes como Kate Moss.
  • Selección de postres en el restaurante Ottolenghi. Su chef, Yotam Ottolenghi, escribe para el periódico The Guardian.
  • Restaurante Tramshed. Ubicado en la calle Rivington, en su interior resalta la obra del artista británico Damien Hirst.
  • Fachas. Las ‘pintas’ del East End. Estudiantes de moda, músicos, artistas y modelos prefieren moverse por la zona. Una oportunidad para ver y ser vistos.
  • Fachas. Las ‘pintas’ del East End. Estudiantes de moda, músicos, artistas y modelos prefieren moverse por la zona. Una oportunidad para ver y ser vistos.
  • Fachas. Las ‘pintas’ del East End. Estudiantes de moda, músicos, artistas y modelos prefieren moverse por la zona. Una oportunidad para ver y ser vistos.
Texto y fotos: Susana Cárdenas Overstall desde Londres

Recorra el lugar donde vivió Tony Blair, donde surgió Damian Hirst y Vivienne Westwood busca inspiración. O por donde circulan los hipsters. Esto es el noreste de Londres.

Resulta singular que por el número postal de donde se habite se determine el estatus social de la persona. Por ejemplo: SW1 corresponde a Belgravia, el barrio codiciado por los oligarcas rusos que pagan cantidades astronómicas por un metro cuadrado. Colinda con el Palacio de Buckingham, Harvey Nichols y Sloane Square.

Los árabes mantienen la predilección por Mayfair W1, el parque de diversiones de la clase aristocrática por más de 300 años. Mayfair roza con Piccadilly Circus, exclusiva tienda de Fortum and Mason, y el Royal Opera House en Covent Garden.

Y quién no se ha perdido en las tiendas de Oxford Circus y en los bares de Soho W1, corazón de la vida nocturna, pubs, clubes; hoy centro de agencias de publicidad y foco de turistas. La lista podría continuar con el peregrinaje de los rockeros en Camden Town NW1 o los amantes del reggae en Brixton SW9. Pero si dejamos las zonas de centrales y nos vamos a la periferia de los distritos del norte y este de la urbe, encontramos rincones escondidos que tal vez a William y a Kate –príncipe y princesa– no se les ocurría pisar.

The Angel / Inslington N1

Bájese en la estación de metro de Angel para llegar al apetecido y trendy barrio de Islington. “Lo que un día fue un pueblo rural de la ciudad, cambió en el siglo XIX cuando se edificaron elegantes plazas y terrazas en Bansbury y Canonbury.

En los años sesenta, las decadentes casas las ocuparon varias familias a la vez, sin importar que tuvieran que usar los baños ubicados en el exterior o que carecieran de duchas o bañeras”, explica Ed Glinert en su libro El compendio de Londres.

Con la construcción del metro de Highbury and Islington en los años setenta, que conecta al barrio con el centro en 20 minutos, la zona volvió a florecer y transformarse en hogar de la clase media, burguesa-bohemia y de conocidos políticos.

Camden Passage

Al salir del metro encontrará el pasaje de Camden de calles empedadras y arquitectura del siglo XVIII. Al callejón pintoresco lo adornan anticuarios, tiendas de fotografías, muebles antiguos, mercados de comida, de ropa vintage y demás excentricidades. Julie Eden y Sarah Khan, ambas graduadas de la escuela de arte de Central Saint Martins, se especializan en ofrecer vestidos vintage, no importa la época, pero sí que las prendas deben tener un mínimo de 25 años para considerarlas vintage.

“Los diseñadores de Vivianne Westwood prefieren los trajes victorianos, seguramente las desbaratan y usan sus moldes en nuevas colecciones”, explica Sarah. Los precios de la ropa varían desde $ 30 a $ 200, por chaquetas Celine o zapatos vintage Bally.

Deténgase en el medio del callejón. En este frío de cinco grados de temperatura querrá beberse un chocolate caliente preparado por uno de los chocolatiers top de Londres: Paul A. Young.

Upper Street

Al cruzar la calle llegará a Upper Street, bulevar copado por restaurantes, bares y boutiques independientes. Screen on the Green es un cine donde podrá tomarse una copa de champán, deleitarse con piqueos y del servicio de meseros mientras mira la película. Este teatro ganó su gloria cuando las bandas The Clash y The Sex Pistols tocaron allí su primer concierto a mediados del 70.

Unas cuadras en dirección este observará The King’s Head, un edificio victoriano convertido en teatro-pub hace 40 años. En The King’s Head han actuado personajes como Allan Rickman (el profesor Severus Snappe en Harry Potter), Clive Owen, Hugh Grant, entre otros.

En cinco minutos arribará al Almeida Theatre. Un pequeño teatro de reputación internacional, sin ubicarse en el corazón del West End. Abrió sus puertas en los años ochenta y desde esa fecha atrae a los más respetados directores, escritores, actores y actrices. Harold Pinter pasó por su escenario, al igual que Kevin Spacey y Gabriel García Bernal. Este último con Bodas de sangre, de Lorca.

Cabe decir que Islington es bastión del partido Laborista en Londres. Bansbury se convirtió en el centro palpitante del partido en los años noventa. Tony Blair vivió en la calle de Richmont Crescent antes de convertirse en primer ministro británico en 1994 y mudarse al número 10 Downing Street. Hoy, el alcalde Boris Johnson, del partido Conservador, habita en el barrio.

¿Es hora de cenar? El restaurante Ottolenghi es una opción altamente recomendable. Deliciosa selección de platos, preparados por Yotam Ottolenghi, que incluye ensaladas con higos, yogur, granadilla, judías verdes; variedad de pescados y carnes con toques mediterráneo lo dejarán con el corazón muy contento. No se vaya sin probar la exquisita tarta de maracuyá.

East End:
(Hoxton N1 – Shoreditch EC1-2)

Con una parada de metro de Angel a Old Street, sin cambiar el número postal, el cambio es drástico.

Estamos en un barrio que aún guarda cicatrices de los bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial. Industrial, popular y con altos índices de criminalidad, su imagen cambió con la llegada de los artistas a la zona a fines de los años 90.

Hoxton Square

White Cube, en la plaza de Hoxton, es quizás una de las galerías de arte más influyentes de Inglaterra. Inaugurada en el 2000, en un antiguo y diáfano espacio industrial construido en 1920, representa a los más cotizados artistas británicos e internacionales.

Tracey Emin, Damien Hirst, Doris Salcedo, por mencionar algunos. En su actual exhibición observamos la obra de la inglesa Harland Miller, llamada The Next Life On Me. Es una selección de pinturas basadas en las portadas de los libros vintage de Penguin, con frases cargadas de humor, ironía y emoción. “Are you unhappy darling? Oh yes, yes…completely o Blonde but not forgotten.

Shoreditch

En la calle Rivington (EC2) llegará al restaurante Tramshed. Al entrar lo impactará una dramática pieza del artista inglés Damien Hirst: una vaca y un gallo sumergidos en una caja de cristal se imponen en el centro de una antigua planta generadora de energía. Aquí sí se aplica “no importa lo que comas, sino lo que veas”.

En la zona abundan personajes que parecen sacados de revistas. “Soy solo una estudiante de moda, trabajo como pasante con una diseñadora en Shoreditch”, dijo Sam acompañada de Paul. “Vivo en West London, pero aquí se sucede la movida para modelos y actrices”, comentó Millie Brady. “Trabajamos en música y sí, este es definitivamente uno de nuestros principales spots”, expresaron John y Will.

Sin duda la zona atrae a artistas, perfiles creativos, retros, hipsters. Muchos cuestionan la autenticidad de sus personajes cuando en realidad son niños ricos que se han mudado al barrio cool y han subido los precios de las viviendas antes solo habitadas por la clase obrera o inmigrante. Pero vale mencionar que su presencia ha revaluado el área y cotizado su código postal.

Shoreditch también ha cautivado a los propulsores de nuevas medios. Hoy se convierte en la casa de cientos de compañías de nuevas tecnologías, incluso Google posee el más moderno campus de Europa. Al parecer, Shoreditch quiere competir con el Silicon Valley de California.

En la calle Bethnnal Green se abrió el primer centro comercial pop-up de Londres. Box Park lo integran un grupo de containers transformados en tiendas que en principio funcionarían solo por tres meses, ahora con licencia por cinco años.

Es fácil perderse entre bares, restaurantes, galerías de arte y tiendas de diseño. “El área se sigue regenerando, construirán otro centro comercial detrás de la estación de tren. Lo que nos preocupa es que pierda su esencia y se convierta en una zona puramente comercial”, explica Richard Clark, dueño de la galería de diseño de interior Typeast.

Los personajes hacen de Islington y Shoreditch barrios con mucho carácter. Como explica el escritor John Lanchester en su libro Capital, una radiografía de Londres actual, “la ciudad desafía la tiranía del mediocre, el ordinario, el banal, el apático. Te permite ser extraordinario y te invita a que lo demuestres”. Y la gente lo cumple a rajatabla.

 

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