Stephanie Sigman, Belleza y narcotráfico

22 de Julio de 2012

La actriz Stephanie Sigman protagoniza Miss Bala, filme dirigido por el mexicano Gerardo Naranjo, quien recrea la vida de una humilde mujer y cómo se vinculó con los narcos.

El rostro de Stephanie Sigman, protagonista del filme mexicano Miss Bala, no es tan desconocido, al menos para el mundo de la moda. Ella participó representando a México (a los 17 años) en el concurso de la agencia Elite en el 2004 donde se eligió a la modelo latina para representar a Latinoamérica en la gran final del Elite Model Internacional realizado en octubre de ese año en China.

Stephanie no quedó entre las finalistas. Pero su imagen le sirvió para protagonizar Miss Bala, película dirigida por Gerardo Naranjo, producido por Canana Films –productora de Gael García Bernal y Diego Luna– y que plasma la vida de una reina de belleza que se involucra en el mundo del crimen organizado.

La cinta, que se estrenó en la edición del Festival de Cine de Cannes 2011, remite al caso de Laura Zúñiga, quien obtuvo el título Nuestra Belleza Sinaloa en el 2008, pero que fue aprehendida en ese mismo año por vínculos con el narcotráfico, pero el director no hace una referencia directa.

“Se supone que el mundo de las reinas de belleza debe estar lleno de tonterías, de trivialidad; su trabajo es sonreír. Cómo sucedió que una muchacha tan bella tuviera una foto con los que hacen el peor trabajo del mundo, que son unos cuates que se dedican a arruinarle la vida a otros. ¿Qué tuvo que pasar para que estos mundos se junten?”, cuestionó el director.

Naranjo dijo que trató de dignificar la imagen de las concursantes de certámenes de belleza. “Les dimos mucha más dignidad de la que ellas tienen... creemos que el tema era tan difícil de hablar, del crimen, de la violencia en México, que no era el momento de atacar a las misses”.

El descenso a los infiernos del narcotráfico de una aspirante a reina de la belleza. Así podríamos definir Miss Bala, cuarto largo del mexicano Gerardo Naranjo: Cuanto más leía sobre la guerra contra el crimen organizado en México, explica, mayor era mi desconcierto y mi interés por descifrar qué sucede en mi país. No hay que ir muy lejos para encontrar a este tipo de gente. No quería entenderles, ni justificar lo que hacen o humanizarlos. Lo más importante era observarlos desde fuera. Y lo hace desde los ojos de una chica humilde que intenta salir de la pobreza presentándose a un concurso de belleza, y que, tras ser testigo de una masacre, acaba secuestrada por un cartel de traficantes.

La actriz

Stephanie Sigman (1987) nació en la Ciudad Obregón (México). Recibió una beca para una escuela de interpretación, lo que la llevó al teatro, a la televisión (la serie ‘Los Minondo’ en México) y,  al cine con Río de oro (Pablo Aldrete, 2010).

“El personaje es ficticio”, destaca Sigman, para quien la clave de Miss Bala es huir de lo melodramático. “Gerardo no quería un personaje que llorara, sino alguien que tuviera dignidad a pesar de tanta humillación, cuenta sobre un filme que no da concesiones al espectador: gente que ha visto la película me dice que les ha traumatizado, pero yo veo las noticias y me traumatizo más. A fin de cuentas, este es un filme que se acerca a la realidad”, resalta la actriz, quien acaba de rodar Morelos, de Antonio Serrano (Sexo, pudor y lágrimas).

En la película, Stephanie Sigman carga todo el peso emocional de la cinta. Ella interpreta a Laura, una chica de Baja California, México, que quiere escapar de su pobreza y ayudar a su padre y hermanito a vivir mejor ganando el certamen de belleza de su estado. Por eso, acompaña a su amiga a audicionar y, antes de la selección, festejan la noche anterior en un bar de mala muerte, repleto de ebrios y gente armada.

En medio de una balacera, un grupo armado la secuestra y la utiliza, no solo con fines sexuales, sino para inmiscuirla en sus negocios con drogas y políticos corruptos, amenazándola con matar a su familia y a su amiga.

Miss Bala muestra una sociedad de terror dirigida por verdaderos capos delincuenciales. “Como actriz veo lo mismo que ve el resto de personas, con tristeza y ganas de que todo mejore. Con ganas de que México despierte. Y que nos demos cuenta de que somos todos los que estamos involucrados, que la corrupción empieza de uno por uno. Y que el cambio también comienza desde uno mismo”, dice Sigman.

Su más reciente película es El cielo es azul (2013). “Es lo más divertido que me ha tocado hacer hasta el momento, y es la primera película que hago en EE.UU. Aprendí mucho de mi director Andrew Fierberg y de mis compañeros actores: Miguel Rodarte, Osvaldo Benavides y Barbara Sukowa. Y espero que la disfruten tanto como yo”.

El director

“Miss Bala nace de la insatisfacción que me produce el ver cómo la cultura aborda el tema de la violencia en México. La ‘narcocultura’ está tratada en las películas de forma muy banal, casi como si fuera una comedia. Por no hablar de las telenovelas melodramáticas que son capaces de insultar la sensibilidad de uno a la hora de abordar un tema tan terrible. Creía necesario acercarme de una forma más real, tratar viviseccionar la violencia que generan los narcos y sus acciones. Fue en el proceso de investigación que descubrimos que todo era mucho más triste de lo que pensábamos, todo era muy patético. De ahí que quisiéramos hacer una película que no justifica la mente de los criminales, sino que trata de verlo desde alguien que sufre dicha violencia”, dice el realizador Gerardo Naranjo.

En el filme se ve que la protagonista va cediendo al trato de sus captores y es el director quien da una razón. “Ese es el comentario social más grande que tiene la cinta: la lógica puede existir en las películas, pero no en la vida real. No existe un manual de supervivencia contra la violencia. La sociedad no está preparada para un terror de este tipo. Eso le pasa a ella, está pasmada, totalmente superada por la situación en la que se ha visto envuelta. Esta no es una película hollywoodense, así que no responde a los códigos del cine americano: aquí no hay final feliz porque en la vida no hay finales felices”.

Gerardo Naranjo refleja en Miss Bala una sociedad con marcadas diferencias sociales.

Es evidente que el crimen organizado existe y es algo terrible. ¿Qué tiene que pasar en un país para que exista tanto delincuente? Eso es porque es un lugar donde no toda la población posee las mismas oportunidades, eso crea mucha desigualdad y es ahí donde aparece la violencia. Aunque seguramente los festivales cinematográficos se sientan más atraídos por ese cine tan violento. Pero es verdad, el cine mexicano que imita a Hollywood es infumable, muy vergonzoso”. (A.C.J.)

Fuentes: entretenimiento.aollatino.com, manganzon.com y Agencias.

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