El clan: Familia y sangre

El clan, película del cineasta Pablo Trapero, recrea la historia de un grupo familiar que se dedicó al crimen en Argentina. Se basa en una historia real.

Cuando corría 1999, el joven Pablo Trapero debutaba con Mundo grúa, película filmada en blanco y negro. Tres años después irrumpía en el cine argentino con El bonaerense, filme sórdido basado en una historia de amor y traición, que al final se convirtió en objeto de culto entre los amantes del cine vernáculo. Luego ganó prestigio en distintos festivales con filmes más cercanos al realismo social (Carancho, Leonera y Elefante blanco).

Pablo Trapero (Buenos Aires, 1971) se perfila como uno de los nombres importantes de la industria fílmica argentina. Tanto que, en el reciente Festival de Cine de Venecia obtuvo el León de Plata al mejor director gracias a El clan, su más reciente película cuya historia es conocida de sobra en su país.

La cinta recrea las aventuras de la familia Puccio. Encabezada por Arquímedes (personaje encarnado por Guillermo Francella), el papá, un exempleado del Servicio de Inteligencia de Estado, quien, con el fin de la Guerra de Malvinas a mediados de 1982, se quedó sin trabajo. Sus obligaciones y responsabilidades como padre lo llevan a emprender un negocio criminal de secuestros extorsivos a empresarios. Alejandro (Peter Lanzani), el hijo mayor, jugador de la selección de rugby de Argentina, se somete a la voluntad de Arquímides para identificar posibles candidatos y se sirve de su popularidad para no levantar sospechas. Una de las características del clan criminal es que los secuestrados son llevados y mantenidos prisioneros en su mismísima casa.

La madre y el resto de la familia apoyan con su silencio-consenso. “La película intenta contar la intimidad de esa familia. Su presencia la armamos en función de lo que habíamos investigado sobre la causa. En principio, no participaban activamente. Quedaron en libertad por falta de pruebas. Pero una de las hijas, Silvia, fue la que dijo: “Papá lo hizo por nosotros”. Está en los diarios de la época. Esa frase explica que al menos conocían lo que pasaba”.

Política y corrupción tema recurrente en El clan. “Arquímedes es un síntoma de una sociedad desquiciada en ese momento. Al trabajo que él hizo durante años como servicio de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina, un grupo paramilitar de ultraderecha en Argentina) lo convirtió en un negocio privado. Este caso, como otras cosas que vivimos con la llegada de la democracia, representaba el síntoma de una Argentina enferma, implicaba que hubo un sistema que avaló a estos tipos durante años. Y es más complejo que la existencia de la dictadura, porque efectivamente esto siguió tras el final de la dictadura. Eso nos habla del poder en las sombras”, resalta Trapero.

Es la primera vez que el cineasta hace un filme basado en hechos reales, reconstruyendo este hecho minuciosamente entre el periodo 1982-1985 en Argentina. “Es una película que tiene muchas maneras de ser vista... Por un lado, y principalmente, está la historia de la familia, pero más todavía la relación entre el hijo mayor y su padre”.

El caso de los Puccio ocurrió cuando Trapero era adolescente: “Tengo la imagen de una familia que secuestraba a gente en su casa. Porque en esos primeros años de la década de los 80 se sabía de muchos secuestros realizados por la mano de obra desocupada que hacía sus negocios privados. Pero que fuera una familia que tenía gente retenida en el baño era muy fuerte. Y además algunos de sus hijos eran chiquitos... Eso, tan extremo, es lo que más recuerdo”.

Para algunos críticos, el nuevo filme del cineasta argentino tiene influencias ‘scorseseanas’. “Hay una situación, que no vamos a contar, que es un homenaje directamente a Buenos muchachos (Goodfellas, 1990). Reconstruí un momento que recuerdo con admiración y con cariño como espectador. No está filmada igual, pero los scorseseanos la van a reconocer. El otro gran referente de la película, y una fuente de inspiración permanente para mí, es Luis Buñuel. Su melodrama de la época mexicana, con Él (1953) e incluso El ángel exterminador (1962), fue muy importante, y también hay algunos homenajes”, destacó Trapero.

El clan, coproducida también por los hermanos españoles Pedro y Agustín Almodóvar, representará a Argentina en los premios Goya que se desarrollarán el próximo 6 de febrero en Madrid (España). “Nuestras películas (en Latinoamérica) no son accidentes. Estamos haciendo un cine que compromete a públicos distintos, en los festivales y en las salas, con cintas que logran cruzar países e incluso océanos”.

El coprotagonista

En la película se deja entrever que Alejandro Puccio es un personaje que no se presenta como un villano. Trapero comenta: “Él fue muy importante en este caso. Era un tipo que salía en las revistas, un jugador de rugby con mucha vida social, un tipo muy querido en su club y entre los amigos. Eso decidí mostrar en la película. Al ver a Alejandro así, lo primero que piensa es que era una víctima del padre. Pero, en un momento, entiendes que puede elegir. Y cuando eliges, eres cómplice. Él tenía su ambición. En el guion, su figura es para entrar en la película: te preguntas si es una víctima o un victimario. Detrás de esa inocencia hay algo nefasto”.

“Estamos muy felices con lo que es El clan. Es una historia muy potente, es muy interesante cómo está hecha. Fue un trabajo enorme, tanto de dirección como de actuación, edición, fotografía. Tuvimos muy lindas repercusiones en los festivales de Venecia, Toronto, San Sebastián. Todavía no lo puedo creer”, dijo Peter Lanzani.

El clan también representará a Argentina en la próxima edición de los premios Óscar (febrero 28 del 2016), otorgándole a su director la tercera oportunidad de participar. (A.C.J.) (E)