Tilda Swinton es única
Tilda Swinton es la actriz que puede presumir de ser una de las más camaleónicas de la industria. Por su look y estilo, solo ella.
Imagine unas vacaciones soñadas con su pareja en una isla paridisiaca del Mediterráneo, la gastronomía, los paisajes, la compañía, todo va de maravilla... hasta que aparece un ex. Su particular edén de amor, sol y playa se ve amenazado por una tensión sexual no resuelta.
Es más o menos la trama de Cegados por el sol (A Bigger Splash) del cineasta italiano Luca Guadagnino, quien vuelve a dirigir a Tilda Swinton (lo hizo en el 2009 con Yo soy el amor y volverá a repetir en su próximo trabajo, Suspiria, junto con Ralph Fiennes, Dakota Johnson y Matthias Schoenaerts, que resumen el elenco principal.
El director muestra a una Tilda Swinton ‘muda’ y a un Ralph Fiennes eufórico en esta versión libre y rockera del thriller erótico de Jacques Deray, La piscina (1969). Schoenaerts se pone en la piel de Paul, el marido, un director de cine que está tratando de recuperarse de su adicción al alcohol; Dakota Johnson interpreta a Penélope, la sensual hija adolescente. Y, Fiennes es Harry, examante de Marianne y productor musical, narcisista y arrollador.
El propósito de la visita de Harry no está claro en un primer momento, pero su llegada despierta viejas y nuevas pasiones en lo que acaba por convertirse en un complejo y progresivamente siniestro juego de relaciones que conforman un filme con tintes de cine negro, donde se combinan elementos como el erotismo, la pasión, la intriga y los celos. Todo ello condimentado con ciertos toques de humor.
Luca Guadagnino (Palermo, 1971) ha tratado de aportar una mirada personal, estilizada y sensorial al filme de Deray. “Soy un gran entusiasta del cine, lo adoro, pero no tenía ningún recuerdo especial del filme de Deray. Sinceramente, es una película que no me importa nada, que se hizo para explotar la fama de Alain Delon y Romy Schneider”, señala.
Simplemente, Tilda
En 1986 debutó en el cine con la película de Derek Jarman, Caravaggio, pero antes trabajó en teatro en el Traverse Theatre de Edimburgo y en la Royal Shakespeare Company. Desde entonces, el talento de la inglesa en conjunto con el físico ha sido el atractivo más intenso para los directores que desean convertirla en personajes dispares sin ningún parecido a su físico real.
En Cegados por el sol, por ejemplo, Swinton es una famosa cantante de rock que se recupera de una completa afonía, una glamorosa artista encargada de lucir piezas de Christian Dior.
Durante el filme se la ve con diferentes outfits de la firma. Un diseño blanco de espalda descubierta y pronunciado escote; otro look con la falda Corolle blanca combinada con top negro; un vestido camisero de finas rayas azules, otro con estampado de cuadros blancos y negros, y un vestido pañuelo ligero con mucha caída. Durante toda la película lleva las gafas de sol de edición limitada Dior Futurist y en alguna ocasión luce las Dior So Real.
Nieta de una dama de la alta sociedad británica y compañera de promoción de Lady Di en la exclusiva escuela privada West Heath Girls School (también asistió a la Queens Gate School donde estudió Camila Parker Bowles), Swinton fue educada para ser la esposa perfecta, algo que nunca ha encajado con su forma de ser. Acabó en Cambridge. Allí estudió ciencias políticas y sociales.
Con una estatura de casi metro ochenta, delgada, rasgos angulosos y tez blanca, Tilda Swinton (56 años) impregna su propio concepto de belleza en cada papel que ejecuta en la pantalla. “Estoy encantada de ser irreconocible en cada papel”, confesó Swinton en The Huffington Post.
Cuando tenía 46 años, Katherine Mathilda Swinton, fue reconocida por primera vez como la mejor actriz de reparto con un premio Óscar y un Bafta por su participación en la película Michael Clayton (2007). Su compromiso con el séptimo arte la llevaron a fundar su propio festival de cine en Escocia, The Ballerina Ballroom Cinema of Dreams. “No soy una actriz. Ya lo dije varias veces. No llevo una vida de actriz y nunca pretendí ser una. No pienso como lo hacen los actores. No sé actuar y no me interesa realmente”, dijo en una entrevista.
Habitual actriz secundaria en Hollywood, Swinton nunca ha buscado ser una estrella, quizás por eso le gusta el riesgo y participar en películas de todo tipo, en especial, las menos comerciales, como el que empezó realizando en su Inglaterra natal.
La piel nívea, el pelo rubio platino y los rasgos faciales de Tilda se han convertido en su marca personal que exhibe en alfombras rojas, festivales y estrenos. Sin embargo, su belleza andrógina es un lienzo en blanco para directores de cine, que son capaces de convertirla en personajes dispares sin ningún parecido físico con la actriz.
De allí que la podemos ver en papeles muy diferentes como en Flores rotas (2005) de Jarmusch, en la fantástica Las crónicas de Narnia (2008), en la comedia Quemar después de leer (2008), en Julia (2008) o en El curioso caso de Benjamin Button (2008), entre otras.
“Me asombra cómo la sociedad alienta a la gente a concebirse como ‘una sola cosa’. Yo puedo ser un hombre burgués, puedo ser un banquero. Entonces voy a vestirme como ellos, leer sus libros, adoptar sus maneras de caminar, su perro... No entiendo por qué puede haber restricciones a esta manera de ser. No concibo las cosas de forma fija y eso es algo que me hace mucho ruido. Si hago un poco de autoanálisis, me imagino que es porque mi familia era muy normativa. Me acuerdo de haber reflexionado sobre esto cuando era muy joven y decirme que todo esto es muy limitado, y el menú muy pobre. Porque yo miraba el ‘menú’ y me intrigaba que mi padre no me hiciera preguntas al respecto. Ya había entendido el lado limitado de todas esas normas”, ha declarado la actriz.
En su hoja de vida la actriz de descendencia escocesa presume de más de 20 años de carrera artística, después de su primer papel destacado con la película Orlando (1992), basada en la novela de Virginia Woolf.
La también activista por los derechos de los homosexuales en el mundo, ha realizado varias performances que la han desplazado del marco de la pantalla a los muros de instituciones artísticas como el MoMA de Nueva York, cuando los visitantes se quedaron sorprendidos al verla durmiendo durante ocho horas dentro de una vitrina de cristal. La obra, descrita como “actriz viva, cristal, acero, colchón, almohada, lino, agua y anteojos”, se titulaba The Maybe (El quizás), una pieza minimalista moderna creada por la artista Cornelia Parker en 2013.
Sus tiempos libres los disfruta en Escocia, jamás fue a una audición, es madre de un par de gemelos y su novio es 17 años menor que ella, pero una vez que saboreó el gusto por el arte cinematográfico se aferró y su vida personal desde entonces va acompañada de su profesión. Además es una modelo muy reclamada por las firmas de moda y belleza por su peculiar imagen. De hecho ha sido protagonista de campañas publicitarias de la firma cosmética NARS, ha trabajado también para Chanel, Pomellato y hasta Karl Lagerfeld ha resaltado sus atributos.
En 2003 se convirtió en musa de los diseñadores de moda holandeses Viktor y Rolf, quienes realizan una colección entera inspirada en Tilda Swinton. Su porte y elegancia no pasaron desapercibidos, siendo elegida una de las diez mujeres mejor vestidas del mundo por la revista Vanity Fair en 2007. (A.C.J.) (E)