Jubilados en las redes
Hay quienes piensan que jubilarse del trabajo es jubilarse de la vida. Esto suele ocurrir cuando nos enfocamos tanto en la profesión o en el oficio que no conocemos otra cosa ni tampoco concebimos la idea de realizar nada más que eso. Muchos pasan décadas dejando a un lado a la familia, a los hobbies e incluso a ellos mismos, a cambio de la satisfacción del deber cumplido. Y al pasar a esta nueva etapa, se encuentran cara a cara con el aburrimiento y con la incertidumbre de qué hacer con su tiempo.
Pero así como hay quienes viven la jubilación de esa manera, hay los que sabiamente se dan la oportunidad de encontrar nuevos pasatiempos y retomar sus pasiones. Para ellos, las redes sociales son un espacio muy enriquecedor, un punto de reencuentros y también la oportunidad de hallar actividades afines a sus intereses.
Las tecnologías no son la especialidad de este grupo, pero tampoco se puede decir que son novatos en el tema. Muchos la habían usado ya en su trabajo y habían aprendido de las redes sociales gracias a sus compañeros más jóvenes.
El problema con la jubilación, dicen, es que nunca tienes un día libre. Así que hay casos extremos de usuarios jubilados que pasan día y noche interactuando. Leen, publican, comparten, hacen nuevos amigos y se agrupan con sus iguales por países, por ciudades, por actividades o hasta por las empresas donde terminaron su vida laboral. Muchos la aprovechan para reclamar sus derechos y compartir información que los beneficia o perjudica.
Lina, un contacto personal real con nombre ficticio, es un caso que me impresionó. Su interés por la música la ha llevado a seguir a su grupo favorito hasta a conciertos de los que se enteró gracias a las redes. Debido a sus dolencias físicas se unió a grupos que comparten información de tratamientos naturales para recuperar su salud y gracias a esto ha hecho importantes cambios.
Lina despierta (ya no tan temprano como antes) y va directo a su página. “Si me preguntas, no sé qué haría sin esta ventana al mundo. Me siento menos sola y más activa. Me entero de todo, me comunico más con mi familia, leo más que antes, escucho música y veo películas. Puedo no ver televisión, pero nunca puedo dejar de prender mi computadora y ver mi Facebook”.
Gracias a la red Pinterest Lina aprendió a hacer nuevas manualidades. Como le quedaron bien, comenzó a fotografiarlas y las publicó en su muro. Para su sorpresa, empezó a recibir pedidos y ahora los vende entre sus contactos. Era algo que ella no esperaba, sin embargo siente que las manualidades son una pasión que había postergado por décadas y que gracias a las redes sociales ahora hasta le ayudan a generar ingresos. “Es cuestión de recordarte a ti misma cuál era tu pasión antes de envolverte en el mundo laboral. Luego solo retómala y aprovecha esta gran vitrina virtual”, aconseja Lina. “¡Ah, y sobre todo, disfruta tu libertad!”. (O)
chunterdg@gmail.com / Twitter: @conniehunterdg