Desarmando a Pinocho (Jaime Pérez)

22 de Enero de 2017
  • Pinocho fue caracterizado por Christian Bejarano.
  • El material de cada personaje fue clave al decidir cómo moverse.
Diana J. León / Fotos: Víctor Serrano.

Jaime Pérez ha cautivado en dos ocasiones  al público infantil -y familiar-  del Teatro Sánchez Aguilar.

1. Jaime Pérez nació en Guayaquil, tiene 24 años. Se graduó como Bachiller Eléctrico e ingresó  a la Universidad de Guayaquil en la carrera de Ingeniería Industrial. Decidió dedicarse por completo a las artes escénicas antes de entrar a cuarto año. “La decisión fue mía, es el camino que voy a recorrer y si se pone difícil tendrá que evitar el meter el rabo entre las piernas y más bien, aceptar los riesgos. Ha sido el momento más decisivo de mi vida”.

2.  Colaboró con el grupo teatral Arawa, junto a Aníbal Páez, en obras como Celeste y Sancho Panza y la balanza perdida. “En Arawa aprendí las cosas más básicas: llegar puntual, ver que esto no es un hobbie, y que el artista debe estar al 100% en toda su
capacidad”.

3.  También se preparó en danza junto a Lucho Mueckay (Sarao), Nathalie El Ghoul (La Fábrica) y Omar Aguirre. ¿Cómo ayuda la danza al trabajo del actor? “Ayuda mucho en la espacialidad y a conocer dónde está tu cuerpo y el de los demás; es como tener un sexto sentido de dónde está tu compañero y qué va a hacer, es como comunicarse sin hablar. Se desarrolla el equilibrio, el cuerpo se agiliza, la postura se corrige, tus sentidos se agudizan”.

4.  En 2014 se presentó en el microteatro (cdla. Miraflores) con la obra  Ausencia al cubo, donde fue “descubierto” por el director  Jaime Tamariz.

5.  Debutó en el Teatro Sánchez Aguilar como El Espantapájaros de El Mago de Oz. Esta obra se estrenó en diciembre del 2015. “Subí por primera vez al escenario durante los ensayos y ¡era inmenso, veías un sinnúmero de butacas, imaginarme a tantas personas no me cabía en la cabeza! Me sentía tan chiquito, pero tenía que desenvolverme y expandirme porque mi personaje era muy lúdico”.

6.  Jaime describe el montaje y las presentaciones de El Mago de Oz como un viaje mágico en el que se sintió muy cómodo con el equipo de Daemon y sus colegas en el escenario: Pamela Cortés (Dorothy), David Reinoso (el león ) y Mario Suárez (El hombre de hojalata). “Hubo mucha cordialidad de parte de todos sobre el escenario y en los camerinos, la química fue la base”.

7. Gracias a su excelente trabajo corporal, en 2016, fue elegido para interpretar a Pinocho, nuevamente en la sala principal del Teatro Sánchez Aguilar. Se presentó del 14 al 18 de diciembre.

8. Meditar en el material del que están hechos sus personajes ficticios lo ayudó mucho a su interpretación. El Espantapájaros está hecho de heno, mientras que Pinocho debía ser igual de suelto en sus articulaciones, pero con la firmeza del pino, la madera con la que fue construido. Eso definió la corporalidad de cada uno.

9.  No le gusta darle la misma voz a sus personajes, aunque sean de cuento. “La gente sí se da cuenta, y yo me doy cuenta”, admite. Sin embargo, acepta que el trabajo vocal es muy fuerte al inicio porque se deberá fijar y mantener siempre el mismo tono de voz que le da a su caracterización. “Con Pinocho, debía sonar juvenil, aunque no quería que fuera exageradamente infantil”.

10.  Admite que se sintió más cómodo interpretando a El Espantapájaros porque llevaba puesta una máscara, pero en Pinocho su rostro estaba expuesto (solo con el maquillaje), pero al mismo tiempo le permitía mirar directamente a su público.

11. Inicialmente pensó que sería difícil captar la atención del público infantil. “¿Y si uno se sube al escenario?”, se cuestionaba. “Pero en las primeras funciones me sorprendí porque los niños estaban sentados y comentaban con sus padres lo que ocurría en la obra: ¿papi, por qué Pinocho hace eso? ¡y en voz baja! sabían que debían portarse bien y  guardaban silencio incluso en los momento más íntimos y silenciosos de la obra. ¡Incluso  más que muchos adultos!”, recuerda. Y esto lo confirmo cuando en la canción final les pidió que aplaudieran junto a él y su público respondió con mucho entusiasmo y alegría.

12. De Jaime Tamariz recuerda especialmente la frase que siempre repetían antes de salir al escenario: ¡El aquí y el ahora!. “Cuando terminé la primera presentación, me decía y me cuestionaba:, ¡me habría encantado hacer esto en ese momento! o ¿por qué dudé en hacer este brinco? y allí me di cuenta lo que Jaime quería decir: todo debe ser en ese momento, si lo vas a hacer, hazlo, allí, sin dudarlo”.

13. Actualmente, Jaime está culminando el tercer año de Danza contemporánea de la Escuela Esperanza Cruz de la Casa de la Cultura Núcleo del Guayas. (I)

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