Mínimo y vital

El alojamiento Yu Smart Hotel, en el centro de la ciudad, se destaca por el uso eficiente de espacios reducidos.

En el centro de Guayaquil, donde casi cada esquina recuerda el pasado de la ciudad, desde hace un año irrumpe un edificio de formas simples, como un cubo negro, morado y plomo. Se trata del Yu Smart Hotel, en el 250 de las calles Rocafuerte y Manuel de J. Calle, diagonal al campus Las Peñas de la Espol.

El proyecto fue concebido por el arquitecto Alfredo de León, quien dirige el original alojamiento. Es la unión de su aspiración que parte de una tradición familiar y su profesión, la arquitectura volcada al negocio inmobiliario. “Mi familia tiene una trayectoria hotelera. Fue un deseo personal, como soy arquitecto y me dedico a la construcción, también lo vi como un proyecto inmobiliario”, explica.

Dentro de Yu parece que se vive otro tiempo. Casi como la escenografía de una película futurista, las paredes son blancas, al igual que el mobiliario, que además es escaso como el espacio, pues aquí prima la distribución eficiente del área.

Los corredores principales en cada una de las cinco plantas tienen una cubierta de color aluminio, un revestimiento plástico con textura metalizada que aísla el calor. Se compone de una capa de espuma que lo hace duradero y, más que nada, suma a los llamativos detalles del interior.

Lo que más llama la atención del hospedaje es, sin duda, sus 20 habitaciones, cuyas características las diferencia en el mercado hotelero local. Son espacios de 15 m2 reproducidos de formas iguales, con una cama king (de tres plazas) y ventana extendidas de pared a pared. Se acompañan de un escritorio, lavabo y baño con ducha tipo lluvia.

Construcción low-cost

El concepto que sigue este hotel se refiere al low-cost (de bajo costo). “Nace en Europa hace 10 años. La hotelería cambia hacia las áreas reducidas en busca del uso eficiente del espacio y la calidad del diseño”, explica De León. La idea es diseñar con base en la habitación y no en los servicios complementarios (restaurante, piscina, business center). “El huésped duerme bien con suficientes elementos de calidad para pernoctar. Es una propuesta minimalista y económica”, dice.

“Low-cost no se refiere a que se construya barato, sino eficientemente, aprovechar cada centímetro con espacios libres de circulación”. Por eso, agrega, los materiales son de alta calidad y los más rápidos y eficientes de construir. Por ejemplo, la mampostería es de espuma de poliestireno expandido armada en una malla de alambre, que hace el panel de la pared interior. Las losas son cajonetas de espuma con una capa de comprensión. Ambos, muy livianos, y adaptados a la hotelería, sirven como aislante sonoro. (G. Q.)