Volver a lo tradicional
Ante un mundo globalizado y apresurado en el que la comida basura impone su dictado de rapidez, las gastronomías reconocidas como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco luchan por volver a unas raíces, sinónimo ancestral de salud.
Tres de ellas –la dieta mediterránea (España, Grecia, Italia y Marruecos), la mexicana y la japonesa– tienen una presencia activa en el XVIII Salón de Gourmets, la feria de bebidas y productos delicatessen más importante de Europa, que se celebra en Madrid, para reivindicar la identidad que han conservado durante siglos y que las hizo meritorias de esta declaración de reconocimiento y salvaguarda.
“Todas tienen un punto en común: son saludables y nos une la buena materia prima”, dice el chef José Luque, del restaurante El Jardín del Hotel InterContinental (Madrid), uno de los invitados en las demostraciones culinarias de la librería A Punto y el Grupo Gourmets para promocionar estos patrimonios gastronómicos.
A México la Unesco le reconoció “la cocina tradicional, cultura comunitaria ancestral y viva”, con alimentos básicos como el maíz, el fréjol y el chile; métodos de cultivo únicos de ese país.
Ello le sirvió para “mostrarla al mundo”, refiere la cocinera mexicana Rita Sánchez, y también para que sus propios compatriotas la aprecien más. También lamenta que “la falta de tiempo lleve a recurrir a congelados y preparados” en detrimento de la cocina tradicional mexicana, algo que está conduciendo a su país a tener un nivel de obesidad infantil solo superado por EE.UU.
“Hay que volver al desayuno tradicional, con zumos, fruta, huevos estrellados... Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo”, recomienda.