Muy lejos del paraíso

18 de Mayo de 2014
  • La baronesa Eloise von Wagner con Robert Philippson (izq.) y Rudolf Lorenz, arquitecto e ingeniero para construir el hotel, decía ella. Los dos primeros desaparecieron. Y el tercero murió trágicamente.
  • El médico alemán Friedrich Ritter fue el primer poblador de la isla con su amante, Dore Strauch. Las memorias de ella son parte de la narración.
  • Heinz Wittmer, su esposa Margret, su bebé Rolf (nacido en Floreana), su hijo Harry y su perro Lump. Fueron los únicos que quedaron en la isla.
Moisés Pinchevsky

El documental El affaire Galápagos: Satán vino al edén, que aborda la colonización de la isla Floreana en los años 30 del siglo anterior, exhibe una cara oscura, turbia y dramáticamente real de las islas Encantadas. Este filme será proyectado en el MAAC Cine de Guayaquil el lunes 26 de mayo, a las 20:00, durante el festival Encuentros del Otro Cine (Edoc).

Un médico filósofo alemán que en 1929 escapa de la sociedad refugiándose en una isla desierta con su concubina y paciente. Un matrimonio también alemán que tres años después llega al mismo sitio buscando un ambiente saludable para criar a sus hijos. Y una supuesta baronesa austriaca que desembarca armada con pistola y junto a sus dos amantes.

La convivencia de esos seres en la isla Floreana dejó como saldo trágico –hace ochenta años– tres muertos y dos desaparecidos dentro de una historia bien documentada visual y testimonialmente, pero que aún exige respuestas que ya nadie puede entregar.

Estos son los componentes del filme de no ficción El affaire Galápagos: Satán vino al edén, que seguramente causará impacto en la 13ª edición del festival Edoc, que entre el 22 de mayo y el 1 de junio proyectará en Quito y Guayaquil 120 trabajos, entre cortometrajes y largometrajes documentales.

 

una visión personal

La maldición de la tortuga
Carlos A. Ycaza

“El pasado es como viajar a un país foráneo, uno necesita visa para ingresar”, decía el escritor británico L. P. Hartley. En el documental El affaire Galápagos, el visado se realiza con documentos extraordinarios. Los realizadores Dan Geller y Dayna Goldfine nos acercan a una historia que es parte de las leyendas de nuestras islas encantadas de una manera absolutamente sorpresiva.

Irónicamente, al incorporar las imágenes de filmaciones silentes de archivos privados y museos en California, la historia solo corrobora el tenebroso misterio de las vidas de esos excéntricos colonos que llegaron a Floreana desde 1929.

Con ellos, la película es un testimonio crucial de personajes reales que bordean impenetrables vacíos, donde la demencia no está muy lejana. La fogosa personalidad de la Baronesa trastoca la aparente paz de esa pequeña comunidad, exacerbada por esporádicas visitas del millonario californiano John Hancock en un suntuoso yate, lo que se traduce en más intrigas y envidias de las parejas, porque la Baronesa insiste en su delirio de construir un hotel de lujo en la isla.

El trágico resultado de la aventura capturó la prensa internacional durante varios años, porque muchas de las cartas de los colonos se filtraban a los medios y los titulares hablaban de nudismo, orgías y violentos encuentros en islas calificadas entonces como “un paraíso terrenal”.

Goldfine y Geller nos quitan ese velo de los ojos. “Esto no es un paraíso”, dice Jackeline de Roy, quien vive años en Santa Cruz y es madre de Tui de Roy, famosa fotógrafa belga. Al igual que ella, hay numerosos testimonios filmados en la actualidad que se intercalan con la historia central.

Esto muchas veces desenfoca el drama que es realmente el motivo medular de este tumultuoso affaire: si Darwin visiona su teoría de la evolución de las especies en su viaje a las islas, El affaire Galápagos es realmente el registro de una involución.

Cuando el hombre llega a un escenario donde la naturaleza mantiene su pureza original, el virus del bien y del mal llega también. Exactamente como esa legendaria maldición de la tortuga que conocemos al inicio del filme, esos animales majestuosos lo advierten y su condena a los seres humanos solo traerá la muerte.

¡Fascinante! (El affaire Galápagos) es una gema más insólita que la ficción”. Chris Nashawalty, revista Entertainment Weekly (EE.UU.)

Alerta por la Baronesa

Aunque su presencia se asoma recién en el minuto 37 de este trabajo audiovisual de dos horas, la autodenominada baronesa Eloise von Wagner parece detonar poco a poco la tragedia a través de una actitud arrogante, autoritaria y, a la vez, seductora, que levantó las tensiones entre los pocos habitantes de la isla.

La Baronesa, como solía llamársela, puso sus delicados pies en Floreana el 15 de octubre de 1932 tras conocer por la prensa europea que un navegante millonario solía visitar en su barco a los primeros pobladores. Por ello, esta misteriosa mujer anunciaba a través de los periódicos su decisión de construir un hotel de lujo que atendería a los poderosos que a futuro se sentirían también atraídos por ese destino tropical. El hotel se llamaría Hacienda Paradiso.

“Después de mucho análisis, he llegado a la conclusión de que mi proyecto es posible. Después de todo, las mujeres somos capaces de todo, desde las acciones más elevadas hasta las más bajas”, indica la Baronesa en el documental con la acaramelada voz de la actriz danesa Connie Nielsen (Gladiador, 2000).

El affaire Galápagos plantea que aquellas acciones “bajas” aún provocan preguntas ineludibles. ¿Quién hizo desaparecer (o asesinó) a la Baronesa y a uno de sus amantes en marzo de 1934? ¿Dónde quedaron los cuerpos? ¿Quién envenenó a Friedrich Ritter?

Ritter fue el primer poblador de la isla cuando a los 43 años abandonó a su esposa y su carrera profesional en Berlín para cumplir su sueño de asentarse en una isla desierta junto con su compañera sentimental, Dore Strauch (voz de la ganadora del Óscar Cate Blanchett), buscando la tranquilidad para dedicarse a escribir reflexiones filosóficas bajo las ideas del Nietzche.

¿Y cómo explicar la horrible muerte del segundo amante de la Baronesa? Él fue encontrado casi momificado por el sol incinerante en la playa de Marchena, cerca del cuerpo casi calcinado del conductor del bote que lo llevaría a San Cristóbal en su ruta para abandonar definitivamente el archipiélago.

Producción en el edén

Hace 16 años, los cineastas californianos Dayna Goldfine y Dan Geller quedaron tan impactados al enterarse de los misteriosos hechos ocurridos dentro de una naciente comunidad de colonos alemanes en la isla Floreana, que desde entonces comenzaron a tejer la posibilidad de realizar un documental que parece irrumpir en los terrenos de Charles Darwin y Alfred Hitchcock.

El resultado llegó a los cines de Nueva York, San Francisco y Los Ángeles a inicios de abril anterior. “Las críticas positivas y el éxito obtenido en estos tres mercados permitirán que en los próximos meses se extienda la proyección a muchas más ciudades en todo Estados Unidos”, comenta Geller a través de una entrevista por correo electrónico, que también responde Goldfine, su esposa y socia.

La idea del documental nació en el verano de 1998, cuando fueron contratados por un amigo como directores de fotografía y de sonido en un proyecto audiovisual en el famoso archipiélago, ubicado a mil kilómetros del Ecuador continental.

Durante el rodaje, este matrimonio se topó en la biblioteca de un barco con el libro Las Islas Encantadas: El Galápagos descubierto, en el cual quedaron sorprendidos por el capítulo de doce páginas ‘Asesinato en el paraíso’.

“Al principio me sentí atraída por la maravillosa historia de misterio”, comenta Goldfine sobre esa narración que les brindó la inspiración inicial para un proyecto profundo a nivel emocional, “porque nos ha permitido reflexionar sobre la noción de ‘paraíso’”.

El dinero y la codicia destruyen cualquier paraíso, indica Fritz Hieber, una de las voces contemporáneas del documental. Él es sobrino nieto de Friedrich Ritter, una de las víctimas de la historia.

Para Ritter, el paraíso era alejarse de la sociedad organizada, de ese “inmenso monstruo impersonal” manejado solo por lo material.

Ritter y su amante, Dore Strauch, pensaron que habían llegado al ansiado edén cuando desembarcaron en Floreana el 19 de septiembre de 1929, pero los hechos posteriores eliminaron esa idea para sugerir que la presencia humana terminó por corromper la aparente pureza que ansiaban encontrar.

Es así que, a medida que este documental de dos horas avanza, la audiencia puede sentirse atrapada por reflexiones planteadas con una crudeza ingeniosa y mordazmente honesta que elimina la visión ingenuamente idílica que suele abrazar a las islas Encantadas.

 

Entrevista a los directores del documental

Dan Geller y Dayna GoldfineLos californianos Dayna Goldfine y Dan Geller, ganadores del premio Emmy por su documental Kids of survival: The Art and Life of Tim Rollins + K.O.S. (1996), han obtenido también reconocimiento por trabajos como Ballets Russes (2005) y Something Ventured (2011).

¿Por qué prefieren narrar con documentales?
Dayna Goldfine: Es un cliché, pero el viejo adagio de “la verdad es más extraña que la ficción” es nuestra motivación. No estoy segura de tener la imaginación para soñar con situaciones y personajes que sean la mitad de ricos y coloridos como aquellos en El affaire Galápagos, o en nuestras otras películas.

Dan Geller: Los documentales presentan ideas, lenguaje, filosofía y emociones en formas que a menudo no es posible en las películas de ficción. Siempre buscamos explorar un tema de forma inteligente y llena de significado, mientras llevamos al espectador a un viaje emocional. Además, hacer un documental necesita mucho menos dinero, así que no tenemos que pasar años pidiendo fondos. ¡Soy demasiado impaciente para eso!

¿Los documentales compiten con el cine comercial?
Dayna: En nuestros documentales tratamos de ofrecer un conjunto de personajes muy convincentes y situaciones que puedan competir con la mejor ficción. Además, Estados Unidos atraviesa un momento emocionante para ser un director de documentales. Por supuesto, esto no significa que podemos competir con grandes películas de Hollywood, que atraen a un público diferente.

Dan: ¿Competir en audiencia y taquilla? De ninguna manera. Pero sí competimos por los corazones y las mentes. Creo que al no contar con grandes estrellas de cine o de acción, para publicitar una película primero dependemos de las audiencias interesadas en temas específicos, y luego, si les gustó, aquellos primeros espectadores corren la voz o, mejor aún, regresan con amigos.

¿Por qué contar con voces como Cate Blanchett?
Dayna: Cuando empezamos a escribir el guion de El affaire Galápagos sabíamos que solo un elenco muy talentoso sería capaz de llevarlo a cabo, porque habíamos decidido utilizar las propias palabras de los protagonistas de Floreana (obtenidas de sus libros y diarios). Nuestro gran golpe de suerte llegó cuando Woody Allen decidió rodar Blue Jasmine en San Francisco en el verano del 2012. Un amigo en común nos presentó a Cate Blanchett, quien generosamente accedió a venir a nuestra casa y ver algo de El affaire Galápagos. Para mí fue una situación emocionante, pero también incómoda porque estábamos no solo mostrando a Cate nuestra obra de amor aún inconclusa, sino porque tuve que realizar la narración temporal para los personajes de Dore Strauch y la Baronesa. No creo haber estado más avergonzada que durante esas dos horas mientras intentaba actuar en el sofá junto a Cate Blanchett. A ella le encantó la película y aceptó realizar la voz de Dore Strauch. Y una vez que alguien como Cate está vinculada a un proyecto, es más fácil convencer a otros grandes actores para que lleguen a participar.

¿Qué les gustó más de trabajar en esta producción?
Dan: Ir a las islas Galápagos (siete veces), conocer a los primeros colonos, hablar con las personas que viven allí ahora, el rodaje de la película. Todo ha sido increíble. También nos gustó la investigación, sumergirnos en el Archivo Allen Hancock en la Universidad del Sur de California, el Archivo Blomberg en Quito y en todas las cajas de fotos familiares en Galápagos. Todo eso nos hizo sentir como exploradores en el tiempo y niños en una tienda de dulces.

¿Crearon ustedes un vínculo emocional con Galápagos?
Dayna: Es curioso, pero casi desde el primer momento en que puse un pie en las islas en 1998, tuve la sensación de que mi relación con Galápagos iba a durar más allá de ese primer viaje de dos semanas. Incluso antes de que empezara a leer sobre el misterio de Floreana, tenía esa sensación de que las islas serían parte importante en mi vida.

Dan: Por supuesto. Tanto el lugar y la gente que conocimos están cerca de mi corazón. La dureza de gran parte del paisaje destaca el increíble poder de la vida para adaptarse, incluso al punto de provocar la muerte muchos individuos de una especie. Eso me trae a la mente la fragilidad de la vida en nuestro planeta, y la forma en que quizás estemos en camino de sucumbir debido a lo que estamos haciendo con la Tierra.

 

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