Desde las ‘Desencantadas’

Por Clara Medina
26 de Febrero de 2012

Las islas Galápagos son siempre un sinónimo de paraíso, de naturaleza en su máximo esplendor.

Unas islas Encantadas a las que el turismo, sobre todo internacional, siempre llega.

En Hallado en la grieta, la nueva novela del escritor guayaquileño Jorge Velasco Mackenzie, estas islas son Desencantadas. Un lugar para sobrevivir, para reencontrarse con el pasado, o para morir.

Los personajes de la historia no son triunfadores. Tampoco   son jóvenes. Son gente ya adulta, que lleva las huellas de la existencia en el cuerpo, en el alma, en los recuerdos, y que regresa a las Galápagos a reencontrarse con sus fantasmas, o a saldar cuentas pendientes, o a buscar explicaciones de silencios o de situaciones que en su momento fueron inentendibles. Inasibles.

Valdemar Ventura es uno de esos personajes que retornan a Galápagos, en compañía de Ailyn, una mujer oriental a quien él compró cuando apenas ella tenía 13 años y vivía en las islas –que para los personajes son como una cárcel– con sus padres, unos sobrevivientes de la bomba de Nagasaki, o unos hibakushas, como solía denominárselos. Unos apestados.

Lo que siente Ailyn por Valdemar no es amor. Ni siquiera compasión. Es un secreto rencor y una sed de venganza, aplacada, quizá, por la costumbre de la convivencia.

Parecen marido y mujer, aunque él nunca la ha  tocado. Dan la apariencia de un viejo matrimonio, aunque no lo son. Él está mayor y enfermo. Su corazón quiere explotar. Ella, ya adulta, desea hallar en Galápagos la huella de sus padres, una explicación de su accionar fallido. Un porqué.

Y en ese entorno aparecen otros personajes, como Amanda, una vieja prostituta que fue amante alguna vez de Valdemar, y que al igual que Ailyn, retorna a las islas en busca de las huellas del único hombre que, sostiene, realmente la amó: un tal Hipólito. Es cuando las historias se cruzan y aparece, en la novela,  un narrador  que parece saberlo todo y que nos acompaña a lo largo de las páginas.

En esta obra, Velasco Mackenzie opta por referencias literarias. La primera y más notoria, Las Encantadas, de Herman Melville, pero cita también la poesía de Pessoa o los versos de Antonio Cisneros.

Hallado en la grieta es una historia de perdedores, de dolores y naufragios personales. Pero por más desolador que se presente el panorama de los personajes, la obra atrapa en su desazón, gusta por su ritmo y porque, al igual que los habitantes de estas páginas, todos en esta vida cargamos con el peso de nuestras acciones o inacciones.

claramedina5@gmail.com

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