Disidente con libro mundial
Era un manuscrito desgastado, 743 páginas encuadernadas con hilo. Pero para Do Hee-Youn, un activista qua hacía campaña a favor de los derechos humanos en Corea del Norte, fue nada menos que impresionante.
En 2013, Do se hizo de lo que creía era el primer manuscrito de un escritor disidente viviente en Corea del Norte que había sido sacado de contrabando. Escrito en meticulosa escritura a mano en el áspero papel de estraza usado en Corea del Norte, el libro ⎯ una colección de siete cuentos ⎯ era una feroz crítica a la vida en el Norte totalitario. El autor escribía sobre vivir “como una máquina que habla, un humano bajo un yugo”. El nombre del libro era “La acusación”.
Gracias a los esfuerzos de Do, el libro, escrito bajo el seudónimo de Bandi (“Libélula” en coreano), ha encontrado un público en todo el mundo. Ha sido traducido a 18 idiomas y publicado en 20 países. Traducido al inglés por Deborah Smith y publicado por Grove Press, “The Accusation: Forbidden Stories From Inside North Korea” llegó al mercado estadounidense en marzo.
“Este es el debut del ‘Solyenitzin de Corea del Norte’”, dijo Kim Kwang-jin, un desertor e investigador del Instituto para la Estrategia de Seguridad Nacional financiado por el gobierno en Seúl, la capital sudcoreana, comparando a Bandi con el novelista ruso y premio Nobel cuyos escritos ayudaron a despertar la conciencia mundial en torno al gulag de campamentos de trabajos forzados de la antigua Unión Soviética. The Guardian escribió: “Por su alcance y valor, ‘La acusación’ es un acto de gran amor”.
Cómo “La acusación” salió a la luz es toda una historia en sí misma. En 2012, Do recibió una llamada urgente de otros activistas de derechos humanos en China: una mujer norcoreana había sido atrapada por la policía china y estaba a punto de ser extraditada al Norte, donde seguramente enfrentaría un tiempo en un campamento carcelario. Do recaudó dinero para ayudarle a escapar mediante sobornos y llevarla a Corea del Sur.
Ella le dijo a Do que antes de huir del Norte, fue a despedirse de un familiar, Bandi. Él le pidió que llevara un manuscrito sedicioso que había estado ocultando, pero ella tuvo mucho miedo de pasarlo de contrabando a través de la frontera con China; si era atrapada, ella, el escritor y sus familias ciertamente habrían desaparecido en los campamentos carcelarios, si no es que ejecutados.
Ella dio el nombre verdadero de Bandi y su domicilio en Corea del Norte a Do, quien contrató a un coreano étnico en China para que viajara a Corea del Norte como turista y discretamente contactara al escritor. En 2013, el manuscrito fue sacado de contrabando, oculto entre obras de propaganda que glorificaban a Kim Il Sung, el presidente fundador del país y abuelo del líder actual, Kim Jong Un.
Do era un activista de derechos humanos bien conocido en Corea del Norte y miembro del Consejo Asesor sobre la Unificación Nacional del gobierno sudcoreano. Pero cuando ofreció el manuscrito a casas editoriales en Corea del Sur, la mayoría lo rechazó, ya que la existencia de Bandi en Corea del Norte nunca ha sido verificada de manera independiente. Solo podían confiar en la palabra de Do.
Do enfrentó un predicamento difícil. Quería dar tanta información como pudiera para establecer que el libro no era un engaño. Pero también tenía que proteger la identidad de Bandi para mantenerlo a salvo de las represalias del régimen norcoreano. Esto es todo lo que Do dice sobre la identidad de Bandi: nació en 1950. Ha pertenecido a la Alianza de Escritores Coreanos, un órgano controlado por el gobierno dedicado a producir literatura censurada para las publicaciones estatales del Norte.
“La acusación” fue publicado en Corea del Sur en 2014 por Chogabje.com, un sitio web noticioso y casa editorial conservadora, pero no atrajo mucha atención. Do persistió, promoviendo el manuscrito entre casas editoriales en el extranjero. Un avance ocurrió cuando se publicó una traducción al francés el año pasado. Rápidamente le siguieron otras traducciones.
Do dijo que la última vez que intermediarios contactaron a Bandi, hace nueve meses, estaba a salvo y sabía de la publicación de su libro en el mundo exterior. Un invitado habitual de un programa radial sudcoreano que se transmite en el Norte, Do ha estado ofreciendo actualizaciones sobre el libro, con la esperanza de que Bandi lo escuchara. “La acusación” ha ganado 10,000 dólares en regalías. Todas las utilidades serán usadas para apoyar a la familia de Bandi y los libros de otros escritores desertores que viven en Corea del Sur, dijo Do en una entrevista.
Solo se ha permitido a un puñado de personas examinar el manuscrito original. Do permitió recientemente que un reportero de The New York Times lo viera, pero no dejó que fuera fotografiado, por temor a que el régimen norcoreano pudiera identificar a Bandi analizando su letra.
Como una protección adicional, Do dijo que alteró los nombres de los personajes y ubicaciones en los cuentos. “Supongo que eran ficticios en primer lugar”, dijo. “Pero no quise correr riesgos. Entre más conocido se hace, más me preocupa su seguridad”.
Kim Joeng-ae, una ex propagandista norcoreana ahora en Seúl, es miembro del Centro PEN de Escritores Norcoreanos en el Exilio, una subsidiaria de PEN Internacional, la organización literaria y de derechos humanos. Dijo que ella y otros escritores desertores habían estudiado los cuentos de Bandi y concluido que realmente fueron escritos por un norcoreano.
Hay expresiones en su libro que solo un norcoreano podría escribir, dijo. (La versión publicada en Corea del Sur tiene notas a pie de página para guiar a los lectores sobre palabras que solo se usan en el Norte.) Sus cuentos también seguían estrechamente la “teoría de la semilla”, un lineamiento de todos los escritores norcoreanos, que requiere que estructuren su escritura cuidadosamente en torno a una ideología central; aunque Bandi usa el mismo para atacar a la línea partidista.
Bandi fue el seudónimo que el mismo escritor eligió, dijo Do. En uno de 50 poemas pasados de contrabando con el manuscrito de “La Acusación”, Bandi explicó su alias. Bandi estaba “destinado a brillar solo en un mundo de oscuridad”, indicó.
En el libro, Corea del Norte es un país donde una mujer es programada para mostrar pesar por la muerte de Kim Il Sung con flores, un torrente de lágrimas y un grito desgarrador de “¡Gran líder, Padre!”; mientras su esposo languidece en un campamento para prisioneros políticos.
En un cuento, “Tan cerca, pero tan lejos”, un hijo es incapaz de ver a su madre moribunda porque no tiene el necesario permiso para viajar. Se compara con “una libélula atrapada en una telaraña”.
“Finalmente, este es un libro de texto sobre la condición de los derechos humanos en Corea del Norte”, dijo Do. “Lo que hace es demostrar que en Corea del Norte, la vida común en sí misma es la esclavitud”. (O)