Un clásico octogenario
Huasipungo, la novela indigenista del escritor ecuatoriano Jorge Icaza, era casi de lectura obligatoria en la época en que fui estudiante de secundaria, a inicios de la década del 80. No sé si aún lo es. Pero creo que todos los ecuatorianos sabemos de su existencia. Si alguien no la leyó completa, por lo menos consumió un resumen de esta obra publicada en 1934.
A esta novela volví hace poco, con ocasión de que participé en un coloquio sobre Memorias de Andrés Chiliquinga, libro del escritor ecuatoriano Carlos Arcos. En esa obra, el joven protagonista descubre que se llama igual que el personaje creado por Icaza. Y, entre otras situaciones, conoce a una muchacha de nombre María Clara Pereira, con la que hace amistad y luego sostiene un romance.
Como recordarán, el latifundista de la novela Huasipungo se llama Alfonso Pereira. De manera que lo que se produce en el libro de Arcos es un encuentro de unos personajes que de algún modo nos recuerdan a los de Icaza, solo que en otra circunstancia y en otro tiempo. Así, la obra de Arcos, escrita a inicios del siglo XXI, dialoga con la de Icaza, publicada en el siglo XX. Y quizá muchos de los que lean la novela Memorias de Andrés Chiliquinga vuelvan a Huasipungo para refrescar la memoria.
Coincidentemente, Huasipungo celebra en este 2014 ochenta años de su publicación. La crítica ha dicho que no es la mejor novela de Icaza. Se reconoce como la pieza más lograda de este escritor a El chulla Romero y Flores, de 1958. Pero Huasipungo, escrito dos décadas antes, es su libro más difundido y por el cual el escritor ganó notoriedad. Fue su primera novela. Tenía 28 años cuando la publicó.
El joven Icaza abandonó sus estudios de Medicina y se involucró en el teatro, como actor y dramaturgo. Sus primeros escritos, por tanto, fueron obras teatrales, hasta que en 1934 dio a conocer Huasipungo (un año antes había publicado un volumen de cuentos). Esta novela no solo es la obra más famosa de Icaza, sino también la más conocida de la literatura ecuatoriana (en el país y en el exterior) quizá hasta nuestros días.
En una publicación conmemorativa del centenario del nacimiento de Icaza, editada en el 2006 por el Ministerio de Educación, Libresa y la Universidad Andina Simón Bolívar, se consigna este dato: En 1957, en el Tercer Festival del Libro Latinoamericano que se desarrolló en Lima, se vendieron en ocho días 50.000 ejemplares de Huasipungo. Muchos de ellos fueron firmados por el autor.
No sé de ningún otro escritor que haya vendido tal cantidad de libros en una feria, ni antes ni ahora. Pese a que una parte de la crítica ha dicho que la novela se distingue más por ser un documento sociológico sobre la situación del indígena que por sus méritos literarios, y aunque el indigenismo sea ya parte de la historia, Huasipungo es una obra que todavía puede generar múltiples y renovadas lecturas. Por algo es un clásico. Un clásico que celebra sus primeros 80 años.
