El joven Vargas Llosa
Hace 50 años, un joven autor peruano escribió una novela, que se tituló, después de algunas posibilidades, La ciudad y los perros. Esta pieza literaria, que obtuvo en 1962 el premio Biblioteca Breve en España, y que cuenta los avatares de unos jóvenes adolescentes en un colegio militar, y el entorno de estos, es señalada por algunos estudiosos como la iniciadora y por otros como la cimentadora del boom de la literatura latinoamericana, una de las etapas más vigorosas tal vez de las letras de este continente. Así se puso al mundo a leer lo que escribía, producía y publicaba un grupo de autores de este lado del océano.
Rinconcillo
El que creó esta novela era un desconocido, un joven llamado Mario Vargas Llosa, quien decidió lanzarse a esta aventura porque, padre ya de varios cuentos, consideraba que escribir era lo que más le apasionaba en la vida.
Cuarenta y ocho años más tarde, este muchacho nacido en Arequipa, Perú, en 1936, y convertido en una de las figuras más representativas de la literatura en español, obtuvo el Premio Nobel de Literatura 2010, el máximo reconocimiento que un escritor puede aspirar para su obra y su trabajo.
Desde esa novela iniciática, Vargas Llosa definió las líneas que se han mantenido quizá a lo largo de su trayectoria, como el realismo, los flasback, una narrativa diáfana y esa forma de apropiarse de hechos de alguna forma reales, que el autor mezcla con las invenciones para dar a luz unas obras de ficción potentes.
Para La ciudad y los perros se sirvió de la experiencia de su paso por un colegio militar. “En la historia he encontrado muchas veces materiales riquísimos, a partir de los cuales inventar”, ha referido el narrador peruano.
Con ocasión de los 50 años de la obra, la Real Academia de la Lengua Española junto con la Asociación de Academias de la Lengua, ha publicado una edición conmemorativa de la novela, que con el paso del tiempo ha devenido en un texto fundamental de la literatura iberoamericana.
Para esta edición, Vargas Llosa revisó su creación. Se adjuntan, además, ensayos de académicos, críticos y autores, que analizan desde distintas ópticas esta pieza, a su autor y a la época en que se gestó.
Es un verdadero lujo, en los aspectos formal y conceptual, esta edición de La ciudad y los perros. Se puede definir como una visita a los orígenes de Vargas Llosa y una celebración de la literatura escrita en español.