Obra monumental
Puede parecer paradójico, pero hay obras literarias que le deben mucho al franquismo.
Quizás el ejemplo más evidente es la novela Antagonía que escribió Juan Goytisolo (Barcelona, 1935) al calor de la represión de dicha dictadura. Si bien fue concebida como una sola obra, durante años fueron publicadas de manera individual cuatro novelas entre 1973 y 1981, en las cuales se percibe un mismo hilo conductor: Recuento (1973), Los verdes de mayo hasta el mar (1976), La cólera de Aquiles (1979) y La teoría del conocimiento (1983). De hecho, por años cada una de estas novelas eran también conocidas como Antagonía I, Antagonía II, y así sucesivamente.
La esquiva unidad de esta novela ha sido resuelta por la editorial Anagrama al publicar recientemente en un solo volumen tan importante e impresionante obra. Para quienes tuvieron la oportunidad de leer la tetralogía mencionada durante los años 70, incluyendo la última de la serie en 1983, la versión que ha publicado la editorial en el 2012 seguramente provocará una mezcla de recuerdos y curiosidad. Y para quienes no leyeron aquellas novelas, la lectura de Antagonía, ahora como un solo cuerpo, es sin duda una gran oportunidad.
En la superficie el argumento de la novela parecería relativamente simple. Trata del largo proceso por el cual su principal personaje, Raúl Ferrer Gaminde, decide ser un escritor, y comienza a escribir su opus literario durante los años que van desde el final de la Guerra Civil hasta el ocaso del franquismo.
Pero en realidad la obra va mucho más allá de las experiencias literarias de Raúl Ferrer. Sus dimensiones son efectivamente colosales, no solo se reflejan en su extensión (1.021 páginas), sino en sus pretensiones estéticas. Aparece como la suma, media arbitraria a veces, de episodios y hechos que probablemente no tengan una clara conexión entre sí, pero que vienen ligados por las variadas voces que los van narrando alternativamente usando frases largas, enigmáticas y de gran belleza estética. Voces que a su vez, en ciertos momentos, se ausentan para que los personajes de la narración vuelvan a contar sus historias y hagan sus reflexiones y preguntas. Hay la sensación de que el lector está frente a un imposible, donde el lenguaje transita en las fronteras más lejanas. Tal como sucede con la lectura de Proust o Joyce.
“Esta edición supone para mí una gran satisfacción”, ha dicho Goytisolo. Según lo confiesa, la obra la concibió durante los días que estuvo preso por sus convicciones políticas, y fue gestándose durante los siguientes 17 años. No exageran quienes ven Antagonía como una de las más aclamadas novelas contemporáneas. El lector así lo podrá comprobar. (O)