El regreso de Stefan Zweig
En la reciente película El gran hotel de Budapest se lee al final que la inspiración del director fue la vida del escritor Stefan Zweig. Se narra las peripecias de monsieur Gustave, un conocido conserje de un legendario hotel ubicado en la imaginaria república de Zubrowka, quien goza del aprecio de aristócratas y artistas, editores y académicos, industriales y políticos, que año tras año visitan su hotel, y a quienes Gustave los sirve con asombrosa eficiencia gracias a sus contactos.
El filme discurre con frescura y comicidad, hasta que la brutalidad llega en forma de burócratas y policías exigiendo pasaporte y documentos. Es entonces cuando la conexión con Zweig adquiere sentido.
No es este el único indicio de lo que parece ser el regreso del escritor austríaco. La editorial Pushkin Press y The New York Review of Books han anunciado una nueva traducción al inglés de su obra. A ello hay que añadir un reciente libro de George Prochnik (The Impossible Exile: Stefan Zweig at the End of the World. Other Press) sobre el final de este célebre intelectual. Y en español acaba de publicarse una traducción de un libro del médico francés Laurent Seksik Los últimos días de Stefan Zweig (Editorial Causa Belli, 2012).
Autor de varias interesantes biografías, donde el rigor historiográfico parece ceder a la inspiración poética, la vida creativa de Stefan Zweig fue tan rica como trágico y enigmático su final. El 23 de febrero de 1942, él y su joven esposa se suicidaron en Petrópolis, Brasil.
Los cónyuges Zweig habían tomado residencia en Brasil, luego de verse obligados a dejar Austria por temor a la persecución nazi por el origen judío del escritor. Se radicaron primero en Londres y luego viajaron a Nueva York, donde Zweig no se encontró a gusto, y de allí partieron a Brasil. Paradójicamente, Zweig acababa de publicar Brasil, país del futuro, y había también terminado de escribir Novela de ajedrez (El Acantilado, 2013), probablemente su mejor relato novelístico.
El suicidio de Zweig molestó a Thomas Mann, quien vio en él un trofeo gratuito para la dictadura alemana. Una muestra de debilidad de Zweig, para quien el exilio le resultó intolerable. Su obra cumbre, El mundo de ayer (Editorial Acantilado. Madrid) es una evocación de la cultura centro europea de fines del siglo XIX hasta el ascenso del nazismo narrada a través de sus experiencias personales. Obra absorbente por las profundas observaciones sobre la fuerza creativa del arte y el poder destructivo de la política y el fanatismo.