La llegada del terror
Los historiadores cada vez más vienen usando como fuente de sus obras cartas privadas, diarios personales, y otros documentos similares, y no tanto los decretos o proclamas oficiales. En vez de recurrir únicamente a los registros públicos o proclamas oficiales, la historia nos viene así contada mediante una suerte de diálogo a partir de las narraciones íntimas producidas por gente común y corriente, que puestas en el contexto de los grandes eventos nos da una visión más completa y rica del pasado.
Eso es lo que ha hecho Timothy Tackett, profesor emérito de la Universidad de California en Irvine, en su nuevo libro El terror en la Revolución Francesa (Editorial Pasado y Presente, Barcelona, 521 páginas), y que fuera originalmente publicado por la University Press bajo el título The coming of the Terror in the French Revolution.
Después de más de dos siglos la Revolución Francesa sigue siendo el objeto de estudios, ensayos y polémicas. Prácticamente todos los archivos, panfletos, registros y comunicados han sido puestos a la mano del público. Y, sin embargo, en muchos temas no se ha podido llegar a un consenso. Uno de los que más atención ha recibido, y en el que persisten discrepancias, es el carácter sanguinario que tomó el curso de los eventos, especialmente entre 1793 y 1794. Es el famoso e infamante periodo denominado el Terror (la Terreur). Durante esos largos meses miles de franceses fueron apresados, despojados de sus bienes, y muchos sentenciados sumariamente a morir en la guillotina. Muchos de ellos sin ningún fundamento, casi frívolamente, y muchos de ellos sin ninguna razón aparente.
¿Cómo fue posible todo este baño de sangre? Un movimiento que nació proclamando los ideales de libertad, igualdad y fraternidad, ¿cómo degeneró en una barbarie de matanzas, torturas y asesinatos. ¿Cómo pudo la guillotina convertirse en una suerte de referente común de un movimiento que invocaba la autoridad del Iluminismo como guía de su inspiración, y que nació en contrapunto del obscurantismo clerical?
Esa es la cuestión que se plantea Tackett en su magnífica obra, escrita recurriendo a esas fuentes que mencionábamos antes de cartas, diarios personales y otras expresiones íntimas, y con un estilo intenso sin perder la rigurosidad histórica. Tackett ofrece una interesante explicación relacionada con el alto grado de incertidumbre que se apoderó del país, en buena parte generado por el vacío de poder que ocurrió en ese período.
Sobre este mismo tema recomiendo también el libro de Stanley Loomis, París bajo el Terror, y Citizen & Cannibals de Eli Sagan (no hay traducción al español), que ofrece una visión del Terror con elementos del psicoanálisis y la teoría freudiana.
En todo caso, la obra que hoy comentamos puede ordenarse a la librería La Central o La Casa del Libro de Madrid. (O)