Marx, una vez más
En los meses que siguieron a la última crisis financiera mundial no faltaron quienes se acordaron de Karl Marx. Terry Eagleton escribió un interesante ensayo con el sugestivo título Why Marx was right? –el mismo que lamentablemente no parece haber sido traducido aún al español– y Michael Hobbs hizo lo mismo con un libro titulado prácticamente igual, y del que sí contamos con una traducción: Por qué Marx tenía razón (editorial Península, Madrid, 2011).
Aunque la crisis de 2008 no trajo consigo la tan anunciada muerte del capitalismo, lo cierto es que el filósofo alemán también parece seguir tan vivo como aquel. Las simplificaciones de Marx y de su pensamiento, tanto por parte de sus simpatizantes como de sus detractores, ha sido una de las peores cosas ocurridas en la historia de la filosofía y política occidental. Su edificio intelectual parece reducirse a tres o cuatro ideas demasiado sencillas para ser tomadas en serio.
Es por ello que la biografía de Jonathan Sperber, cuya lectura hoy recomendamos (Karl Marx. Una vida decimonónica (editorial Galaxia Gutenberg, Madrid, 624 páginas) es un excelente intento de ir más allá de las usuales preconcepciones, para demostrar que el pensamiento de Marx es mucho más dinámico y profundo, aunque no menos inconsistente, que el que nos han transmitido generalmente sus seguidores y críticos.
El subtítulo del libro es una buena pista de lo que se propone Sperber: mantener a Marx en el contexto de su siglo, y del diálogo de sus contemporáneos revolucionarios y no revolucionarios. El autor logra evitar con mucho rigor el error de verlo a Marx con los anteojos de hoy.
La extensión del libro refleja lo ambicioso de sus objetivos. No solo hay un retrato de la vida personal y familiar de Marx –probablemente el mejor aporte de la obra– sino un examen sobre su visión sobre la filosofía, la teoría social, la historia, la práctica política y la economía. En todas ellas Sperber hace un trabajo casi titánico por mantenerse objetivo e informado hasta el detalle, pero a la vez crítico.
En la obra se nos revela la apasionada relación de Marx con su esposa Jenny, así como los conflictos con su madre, la fuerte impronta judía de su padre y la complicada amistad con Engels. Marx vivió de su trabajo como periodista, que en ocasiones podía ser extremadamente cáustico. Desde su juventud se enfrentó con las políticas oficiales de sofocar la libertad de expresión de los diarios para los que laboró. En fin, el lector se encontrará con una vida compleja y en muchos aspectos ejemplar.