Poesía bilingüe
Con la poeta Carmen Váscones somos colegas de los comienzos. En 1991 ella publicó su primer libro, titulado La muerte un ensayo de amores, y yo, coincidentemente, en ese mismo año empecé a ejercer el periodismo en prensa. Carmen fue mi primera entrevistada. Guardo intacto el recuerdo de ese diálogo en una mañana sin sol. Nos encontramos en la Casa de la Cultura del Guayas. Hablamos de su libro, de su poesía y de su trabajo como psicóloga clínica, que ejercía en sectores vulnerables. La entrevista la he podido localizar en internet, gracias a que la propia Carmen la recortó y la guardó en sus archivos. Años más tarde la fotografió y la subió a la web. En 1991 no se utilizaba internet en los diarios ecuatorianos, ni ediciones digitales y las redes sociales no habían nacido. Tampoco existían los teléfonos móviles inteligentes. De lo contrario, quizá nos habríamos hecho una selfi.
Han pasado 27 años y ambas seguimos en esos oficios que un día empezamos sin tener la certeza de que serían los ejes de nuestras vidas. Por ello, me alegra saber que Carmen ha terminado uno de sus proyectos más queridos de los últimos años: una esmerada edición bilingüe –español e inglés– de su poesía, titulada Ultraje/Outrage. El editor es Hugh Hazelton y el traductor, Alexis Levitin, quien ha trabajado por algún tiempo junto a la autora. La publicación, realizada en Montreal, Canadá, por la editorial White Dwarf, tiene 173 páginas e incluye 64 poemas, algunos inéditos y otros seleccionados de los libros publicados con antelación por la escritora ecuatoriana. La portada es un cuadro del artista Oswaldo Guayasamín. El libro se presentará este miércoles 30 de mayo en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, en un acto en el que también habrá un diálogo con la intervención de la doctora Cecilia Vera de Gálvez, el traductor y la poeta.
Este nuevo libro de la autora, que decidió hacer de General Villamil (Playas) su lugar de residencia, se suma a los otros títulos que a lo largo de su trayectoria ha publicado: Con/fabulaciones, 1992; Memorial aun acantilado, 1994; Aguaje, 1999; Oasis de voces, 2011; y Soledad pagana, 2017. Escribe siempre, pero publica sin prisas. Su poesía gira sobre temas como la muerte, el deseo, el vacío, el amor, la vida. “Habitar la vida es desearla para los otros como un camino más simple, desprenderse de cosas, dejar de acumular simulación. Para vivir hay que dejar de fingir, y creo que eso es lo difícil como humano”, me dice Carmen, reflexiva, profunda, despojada de egos, mientras chateamos sobre su libro. Cómo han cambiado los tiempos, pienso. Hace 27 años, para entrevistarla utilicé un casete y una grabadora. Y el diálogo fue en vivo. Ahora, chateamos. Yo, desde mi casa, en Guayaquil; ella, desde su casa, al pie del mar, donde vive, escribe, imagina, crea. Y mientras sucede, traigo a la memoria una frase de Carmen en la entrevista del 91 sobre qué significa escribir: “No es una cuestión de tener una inspiración esotérica, divina, no se trata de eso. Se trata de la posibilidad de trascender lo inconsciente, lo que está entre líneas. Es un deseo de tener un mundo radical frente a la vida particular”. (O) claramedina5@gmail.com / @claramedinar