Ambigüedad y profundidad: Muestra en Galería dpm

Por La Menina
03 de Junio de 2018

“Su producción es de una índole original e independiente de las corrientes locales, lo que lo destaca de entre otros artistas contemporáneos de Guayaquil”.

Es inútil sublevarse, (70cm x 90cm), 2017, del artista Galo García Carrión.

Es difícil redactar una crítica negativa sobre montaje, museografía o curaduría cuando se trata de Galería dpm, lo cual resulta agradable y permite un enfoque en la producción artística. El 23 de mayo se inauguró en este espacio la muestra Déjà Vu de Galo García Carrión; la quinta del artista visual, que cuenta con 15 obras producidas en los últimos 4 años.

La incursión de García en el arte fue tardía, pero no por eso desventajosa frente a sus colegas: su obra ha estado presente en salones de la ciudad y bienales de arte. Su producción es de una índole original e independiente de las corrientes locales, lo que lo destaca de entre otros artistas contemporáneos de Guayaquil.

Los indicios de los cuales nace la obra de García, descritos como Déjà Vu o paramnesia por Saidel Brito en el texto curatorial, se asemejan a aquello que conduce a un artista marginal a la creación: cierta estimulación intrínseca que hace un llamado a actuar. Esta observación es realizada reconociendo el entrenamiento artístico de García, basándome en una evaluación inicial de su obra.

Tal como lo menciona Brito en el mismo texto, el crecimiento del artista es evidente. La temática ha evolucionado de en un principio enfocarse en la forma artística, a en el presente estudiar la temática que presenta. Las obras más antiguas de la muestra, como Derechos de Autor y Memorias Subyacentes, evidencian el proceso exploratorio de una nueva estética originada de la visualidad de las remembranzas. En ellas predominan las referencias a los patrones de costura obtenidos del taller de su abuela y alusiones a la cultura popular; a pesar de ese acercamiento, resultan levemente impersonales y poco dinámicas.

Las secuencias de líneas punteadas que componen las siluetas, que acorde a García hacen referencia a los patrones de costura, bien pueden ser interpretadas desde lejos como el producto de un trabajo de bordado sashiko (técnica japonesa) sobre lienzo, sugiriendo una ambigüedad y profundidad inesperadas en la construcción de la de la obra. Con una estética reincidente en el transcurso de cuatro años, el artista alcanza el apogeo de su creación al incursionar en una temática contemporánea que responde a la realidad de sus alrededores.

Las obras del 2017, KillCity y Es inútil sublevarse –una obvia referencia a la muestra de la Artefactoría–, son las más claras representaciones de la floración del artista. Denotan un dominio mayor sobre el uso del color, específicamente de la armonía de tonalidades, al mismo tiempo que indica un mayor control sobre la línea, el elemento clave de su obra.

Déjà Vu es la muestra que ha definido la relevancia de García dentro del diálogo de arte contemporáneo de la ciudad; ha logrado consolidar su estilo y su intención. (O)

ojosecosec@gmail.com

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