Revistas de cine: Esas inconstantes
“Saludamos la llegada de God/Art y esperamos que no le caiga la maldición del primer número, aquella que aqueja a ciertas publicaciones que nunca logran ver el número 2”.
Saludos dominicales a mis adeptos y detractores. Heme aquí a punto de hablar de esas publicaciones tan poco frecuentes e inconstantes en nuestro medio: las revistas de cine. Yo me formé con Cahiers du Cinema, Sight and Sound, American Cinematographer y Premiere. Así que sé de qué hablo y celebro el estar en la revista más leída del país. Afilen sus comentarios en las redes sociales que aquí viene mi alegato.
En Ecuador hay todo un pasado ilustre con varias publicaciones. Está Cine Ojo, que dirigió Ulises Estrella en los años setenta. La Cinemateca publicó dos revistas efímeras en los últimos lustros: Cuadernos de Cinemateca y 25 Watts. Luego vino el boom de las revistas privadas: Zoom surgió en 2010 como un magazine que quiso equilibrar lo artístico con lo comercial, pero fracasó al igual que Fanzine, The Film Magazine y Retrovisor. El periódico de 8 y medio se posesionó desde el 2000 como una publicación seria donde se podía ejercer de manera plural ese oficio del siglo XX, como le llamaba Guillermo Cabrera Infante a la crítica de cine.
El proyecto más sólido hasta ahora (lleva ya 13 publicaciones) es el de Babieca, revista para espectadores que abarca tanto el cine como el teatro y es auspiciado por la Campaña de Lectura Eugenio Espejo.
La gran pregunta es por qué diantres no hay una revista de cine en Guayaquil. ¿Falta de entusiasmo o de iniciativa financiera? ¿Dónde están los que se proclaman críticos de cine? ¿Por qué no se unen para hacer algo más que difundir sus opiniones en las redes sociales? Está Fuera de campo de la Universidad de las Artes, pero esa no cuenta porque es una revista académica de carácter internacional y solo circula para los adeptos a esa institución.
Mientras alguien intenta responder mis interrogantes celebro el lanzamiento de God/Art, que contó con el apoyo de la Casa de la Cultura, Núcleo del Azuay, y la Editorial Tomada. El editorial de esta revista cuencana aboga por un espíritu crítico: “Decidimos leer y escribir alejándonos de tendencias y modas”, propone buscar lo poético del séptimo arte: “Esa es nuestra manera de ver, pensar y habitar el cine desde su valor lírico”.
La intención del primer número es hurgar en “aquellas películas que llevamos como secretos en las fauces de nuestra experiencia” y lo hace en el lúcido artículo sobre El acorazado Potemkin o el cine como sexto sentido” y en el texto “Todd Haynes: Apropiación y subversión”. Hay también un lugar para el cine nacional en la crítica “La sed de historias en el cine ecuatoriano” sobre el thriller Sed, del quiteño Joe Houlberg.
Saludamos la llegada de God/ Art y esperamos que no le caiga la maldición del primer número, aquella que aqueja a ciertas publicaciones que nunca logran ver el número 2. Como bien lo dice el editorial, “no queremos ser parte de una generación que negó el cine como objeto poético”. Que así sea y lleguen más entregas. (O)