‘Falsas memorias’
La novela Hostal Parisién es como unas “falsas memorias” ya que “las cosas sucedieron como las cuento, pero no exactamente tal como las cuento. Falsas, además, porque la memoria se alimenta de recuerdos inventados”, explicó el escritor Antonio Fontana (Málaga, 1964).
Según Fontana, su intención al escribir Hostal Parisién, editada por El Aleph, fue la de hacer una novela sobre su infancia. “Sobre la ciudad donde nací y las calles en las que crecí, así como sobre las lecturas que me convirtieron en escritor”, dijo.
“Pero a ese plan inicial decidí incorporarle la historia de mis abuelos, la de mis padres, y todo saltó por los aires, que es lo que en realidad ocurre con todos mis libros: pueden más que yo”, añadió.
Para el autor, “la memoria tergiversa, adorna; en definitiva: crea. Nabokov dijo: Habla, memoria. Lo correcto, sin embargo, sería decir: Miente, memoria”.
Preguntado sobre si su obra se puede definir como una novela de autoficción, Fontana respondió que “es una novela con tantas verdades como mentiras. Aunque, según Juan Marsé –con quien estoy de acuerdo–, verdad es todo aquello que el lector crea que es verdad. Si esta novela es o no autoficción, prefiero que lo decida el lector”.
Según Fontana, esta novela marca “una diferencia considerable” respecto de sus cuatro obras anteriores.
“Hostal Parisién es una novela luminosa, optimista, llena de vida; una novela alejada de mis anteriores libros, bastante oscuros y claustrofóbicos”, ha añadido. “Casi me atrevería a decir que no parece que sea yo quien la he escrito”. Efe