Literatura que abre el apetito
El escritor español Javier Sierra considera que los buenos libros, más que saciar la sed del lector, son aquellos que le abren nuevos mundos, premisa de la que parte El maestro del Prado, su más reciente obra, con la que enseña una nueva manera de leer el arte.
“Quiero despertar el apetito, no pretendo saciarlo. Los buenos libros, desde mi punto de vista, son aquellos que te abren a nuevos mundos y que te hacen buscar; mis libros hacen eso y pretendo que sean así”, dijo.
Esta novela, que parte de una experiencia personal del autor ocurrida en 1990 en una de las salas de la famosa pinacoteca madrileña, revela las claves interpretativas de grandes obras del Renacimiento que se conservan allí.
El encuentro fortuito de Sierra con Luis Fovel, un enigmático personaje que lo lleva a descubrir los secretos que esconden pinturas de Rafael, Leonardo da Vinci, Tiziano, El Bosco, El Greco o Brueghel el Viejo, conduce al lector por un camino inexplorado del arte, más allá del estudio de técnicas, materiales, escuelas o biografías. “Estas obras de arte, muy seleccionadas, cumplieron una función especial, no fueron cuadros pintados para decorar ni para recordar a un personaje histórico ni de propaganda religiosa o política, fueron concebidas como ventanas al más allá, para descubrir mundos diferentes, algo muy fascinante que no es lo que nos habían contado en el colegio”, dice.
Según Sierra (1971), El maestro del Prado trae, de manera premeditada, “una nueva óptica” sobre el arte para crear un mito moderno sobre el Museo del Prado con la agilidad de una novela en un campo en el que prima el ensayo.