Evitar un secuestro en el extranjero

17 de Junio de 2012
David Wallis - The New York Times

Ciertos países están catalogados como “zonas de alto riesgo”, por el peligro de que turistas puedan sufrir un plagio. Las aseguradoras afilan sus estrategias.

Cuando los secuestradores lo encadenaron de los pies y lo esposaron de las manos, Edo de Ronde logró reprimir sus temores. El consultor en mercadotecnia holandés, quien fue secuestrado el año pasado en Sudáfrica, conservó la calma durante su cautiverio, recordó, hasta que le pusieron una pistola en la cabeza. De Ronde se preguntó: “¿Qué dirán en mi funeral?”.

Su horrible odisea empezó cuando un compañero de la empresa comercial china con la que trabajaba respondió a un anuncio falso para comprar chatarra y aceptó pagar 42 millones de rand (moneda Sudafricana), unos $ 5,3 millones, por rieles de ferrocarril ficticios.

La empresa china le pidió a De Ronde, en los Países Bajos, que se reuniera con los vendedores en Johannesburgo. Antes de su desafortunado viaje, De Ronde pidió revisar los estados financieros de los vendedores, así como un informe elaborado por algún servicio independiente de verificación.

Los artífices de la estafa proporcionaron estos documentos, los cuales resultaron ser falsificaciones “muy, muy profesionales”, según indicó.

Un chofer, contratado por los plagiadores, recogió a De Ronde en el aeropuerto de Johannesburgo. Cuando se dirigían al hotel, personas que se hicieron pasar por oficiales de Policía detuvieron el automóvil y ordenaron a De Ronde que se desvistiera. “Pensé que era solo una revisión de rutina”, comentó.

Después, la Policía sudafricana verdadera le dijo que los secuestradores habían utilizado el control de tránsito falso para revisar sus pertenencias y recabar información de inteligencia.

A la mañana siguiente, otro conductor llevó a De Ronde al lugar de su “reunión”, una casa de huéspedes local que se convirtió en su prisión. “Solo después me di cuenta de que no debí hacer eso y que solo hay que reunirse en lugares públicos”, dijo De Ronde.

Su empresa pronto pagó un rescate de más de $ 30.000, logrando su liberación después de casi dos días de terror. Pero al regresar a su casa en Rotterdam, De Ronde tuvo que enfrentarse a otra sorpresa: las llamadas de vendedores insistentes. Compañías dedicadas a la venta de diversos servicios para prevenir el secuestro lo veían como un cliente potencial.

Según los asesores en seguridad, los plagiadores por lo general se enfocan en víctimas más vulnerables que los viajeros de negocios ya que, generalmente, estos limitan sus estancias en destinos peligrosos y siguen programas irregulares. Pero, a veces, este tipo de viajeros se ven arrastrados por la creciente ola del crimen internacional.

Podemos sentir (durante el secuestro) las cosas que no estamos haciendo bien en nuestra vida”.
Edo de Ronde

secuestrado en SudáfricaMuchas empresas ofrecen ayuda para enfrentar esta situación; entre ellas, aseguradoras internacionales, consultores secretos especializados en el manejo de situaciones de retención de rehenes y propuestas locales como cursos para prevenir el secuestro. Como señala la web de Chartis, empresa líder en el campo de los seguros contra raptos: “El secuestro no es un evento poco común, es un gran negocio”.

Y está creciendo

El secuestro para pedir rescate está aumentando en muchos países. En el 2011, el gobierno mexicano registró un incremento de más del 300% en este tipo de crimen en el 2005.

La página web del Departamento de Estado de EE.UU., que sigue las tendencias criminales en todo el mundo, advierte que se observan “aumentos alarmantes” en los casos de secuestros en Venezuela e indica que los raptos en Pakistán “siguieron incrementándose de manera dramática en todo el país”. Pero es difícil recopilar estadísticas y es muy probable que se subestime el número de víctimas.

Muchos rehenes liberados se niegan a denunciar el crimen; algunos temen atraer a más criminales que intenten secuestrarlos nuevamente, mientras que otros desconfían de la policía corrupta que podría estar coludida con los plagiadores. En Venezuela, por ejemplo, el Departamento de Estado calcula que unos cuatro de cada cinco raptos no se denuncian.

Debo decir que lo más grande que descubrí es la bondad, la bondad innata de la gente”.
Julie Mulligan,
plagiada en Nigeria

Las compañías de seguros dicen que el negocio avanza a un ritmo acelerado. “El secuestro y el rescate son un negocio muy rentable para las aseguradoras”, manifestó Ana Paula Menezes, antigua agente de seguros.

Las pólizas de los seguros antisecuestro normalmente incluyen los servicios de los equipos de reacción, que orientan a las familias de las víctimas sobre todo tipo de temas desde las pruebas que hay que pedir para asegurarse de que el plagiado sigue con vida hasta los precios del rescate, que las pólizas reembolsan.

“Por lo general, la familia tendrá a alguien a su servicio en un lapso de 24 horas”, dijo Jeff Green, director de Griffin Underwriting, que se especializa en seguros de secuestro y rescate.

Green explicó el proceso de negociación en un caso de secuestro: “Es una negociación comercial en la que alguien está tratando de vender algo. Pero la ventaja que tiene es que usted es el único comprador, porque lo que quieren venderle no tiene valor para nadie más”.

Los secuestradores por lo general no persiguen. No son corredores y tampoco van a disparar, desperdiciarían balas y de todas formas lo más probable es que fallen”.
Christopher T. Voss, profesor de la Universidad Georgetown

Algunos consultores especializados tratan directamente con clientes que carecen de la cobertura de un seguro contra secuestro. “Le costará por lo menos $ 3.000 diarios y el pago deberá ser por adelantado”, indicó Christopher T. Voss, profesor de la Universidad Georgetown y ex importante negociador internacional antisecuestro del FBI.

Varias compañías de seguridad ofrecen entrenamiento antisecuestro. Por $ 650, Risks Inc., de Miami, por ejemplo, enseña a los estudiantes “¡el verdadero mundo del terrorismo y el secuestro y rescate!”.

Y, sí, hay una aplicación antisecuestro. BrickHouse Security, un emporio de seguridad y vigilancia, vende el software Executrac (por $ 29,95 y una mensualidad de $ 19,95), “una aplicación invisible y poderosa que convierte cualquier BlackBerry o teléfono inteligente en un rastreador GPS encubierto con un botón de pánico de emergencia”.

Tecnología de rastreo

Hoy en día los secuestradores “están cada vez más conscientes de que el teléfono puede ser rastreado”, dijo.

Voss ofrece un consejo a los viajeros que visitan países de alto riesgo: “Aléjense del punto X, Nº 1. Ese punto donde los secuestradores intentarán llevárselo”.

Voss señaló que, si es posible, huir de los raptores puede tener sentido. “Los secuestradores por lo general no persiguen. No son corredores y tampoco van a disparar, desperdiciarían balas y de todas formas lo más probable es que fallen”, dijo.

Según Voss, llegó a esta polémica conclusión cuando un antiguo entrenador de las Fuerzas Especiales de la Marina de EE.UU., excompañero suyo de la Escuela de Gobierno Kennedy de Harvard, le dijo: “Seamos francos, cuando los navy seals realizamos aprehensiones” –el traslado secreto de personas de un país a otro– lo que estamos haciendo, de hecho, es secuestrarlas. Nadie hace mejor esto que nosotros. Somos los más organizados y ni una sola persona, ninguno de nosotros, tiene instrucciones de ir en persecución de nadie. Si nosotros no somos perseguidores, entonces los malos tampoco son perseguidores”.

Voss también insta a los viajeros de negocios a variar sus rutinas, incluso si esto significa llegar tarde intencionalmente a sus citas. “Un buen hombre de negocios es puntual y consistente. Y a muchos empresarios les horroriza la idea de salirse de esta consistencia. Pero si cambian su programa de trabajo unos 10 o 15 minutos, podrán despistar suficientemente a los criminales”, precisó Voss.

En un libro que está próximo a salir, Seguridad internacional: protección personal en un mundo incierto, Orlando Wilson, asesor de seguridad, sugiere a los viajeros otra estrategia de sentido común: “No llame la atención. Fíjese en lo que usa y maneja, no haga ruido ni pelee. Y no hable mucho sobre usted con extraños”.

Esto puede resultar un reto en una era de excesivo intercambio de información. Marivel Andreu, de la aseguradora Celedinas Insurance Group de Miami, advierte que no debemos revelar en Facebook nuestros planes de viaje o del día.

Sus clientes, con frecuencia acaudaladas familias de América Latina, “intercambian todo tipo de información, a dónde van a viajar, en dónde están, en dónde no están y, desafortunadamente, los secuestradores están utilizando esta información en su contra”.

Víctimas

El informe Gestión de riesgos para expatriados: secuestro y rescate, elaborado por Richard A. Posthuma, profesor de Administración de la Universidad de Texas, en El Paso, descubrió que el tiempo que los secuestradores mexicanos emplean vigilando a sus víctimas se ha visto reducido por el despliegue de “técnicas de vigilancia más sofisticadas”, como el control de las redes sociales.

Julie Mulligan, de Drayton Valley, Alberta, reconoce que mantuvo un perfil elevado cuando realizó un viaje de intercambio del Club Rotario a Kaduna, Nigeria, en el 2009. Apareció en un programa de televisión local y poco después sus secuestradores la sacaron violentamente del automóvil de su anfitrión. Estuvo en cautiverio durante casi dos semanas. Pero esa experiencia enriqueció su vida. “Empecé a escribir una lista de las personas que formaban parte de mi vida”, manifestó.

A pesar de las cicatrices psicológicas que deja el cautiverio, “cualquiera que haya sido secuestrado durante más de 24 horas pierde la vida que conocía. Se va, termina”, dijo Voss.

Julie se enteró de que las iglesias de su pueblo se habían unido para orar. “Debo decir que lo más grande que descubrí es la bondad, la bondad innata de la gente”, señaló.

De Ronde, el holandés víctima de secuestro, está de acuerdo en que incluso los brutales secuestros pueden resultar, de manera extraña, muy liberadores. “Podemos sentir las cosas que no estamos haciendo bien en nuestra vida”, indicó.

 

  Deja tu comentario