¿Qué es la lojanidad?

28 de Julio de 2013
Texto y fotos: Moisés Pinchevsky

Los habitantes de la provincia de Loja están orgullosos de su carácter muy particular, según lo explican dos respetados personajes de la cultura local.

Trotsky Guerrero, cantante
La música como alegría y consuelo

“Cantar en Loja es urgente / para alegrarnos la vida / sanándonos las heridas / de los amores ausentes. / En mi tierra mucha gente / se desvive por el arte / y gustoso lo comparte / porque es inmensa su fuente”.

Son versos de la canción Coplas de pan coger, del intérprete lojano Trotsky Guerrero, nacido en Catacocha en 1948, pero residente en la capital de la provincia desde hace 45 años. “Las coplas que aquí entonamos / se llaman de pan coger / porque crecen por doquier / y solo las cosechamos”, explica sobre el título de esta melodía.

Trotsky, quien tiene el nombre de uno de los padres de la revolución rusa de 1917, es un artista muy querido de la cultura popular, quien supo ganarse los aplausos de la gente más humilde, así como de los bolsillos más abundantes, por sus letras cargadas de los que él llama con orgullo la “lojanidad”.

“La lojanidad es una forma de ser, es saber escribir, es saber cantar, es un sentido de pertenencia a un espacio y un cielo; un lojano se lo reconoce porque sabe cantar y sabe servir bien (la cerveza), vaso lleno y se lo toma todo”, comenta con buen humor este artista autodidacta que se retiró del conservatorio de música al poco tiempo de ingresar. “Aunque siempre fui un apasionado por la música, una semana en el conservatorio fue suficiente para cansarme; tenía unos 17 años”, por lo que emprendió una educación musical autodidacta que le ha permitido grabar ocho discos y escribir cinco libros, pero confiesa que no sabe leer el pentagrama.

Para Trostky, la música se presenta como una necesidad urgente del lojano, quien se refugió en los versos y la melodía al encontrarse aislado en el sur del país. “Este territorio siempre lucía alejado, sin comunicación con el resto del Ecuador. Ahora recién nos estamos reencontrando los lojanos con el resto de los ecuatorianos”, señala este ingeniero agrónomo, quien tiene un doctorado en Economía Agraria estudiado en Rumania, y que ha sido profesor universitario por 35 años.

La música es su hobby, su querencia, su alma hecha canción, aunque es imposible vivir del arte musical en su provincia, opina. “Pero la música nos ayuda a vivir”.

La lojanidad es una forma de ser, es saber escribir, es saber cantar, es un sentido de pertenencia a un espacio y un cielo... Un lojano sabe servir bien (la cerveza)”, Trotsky Guerrero

 

Luis Salvador Jaramillo, escritor
Homenaje a la palabra

El espíritu abierto y amiguero del lojano provoca una motivación especial para el uso de la palabra hablada, pero tal tendencia, junto a elementos como una espiritualidad profunda, la devoción por el conocimiento y explosiones de creatividad transforman esa voz en letra impresa de lojanos como Benjamín Carrión, Pablo Palacio, Ángel Felicísimo Rojas, Luis Felipe Mora y Clodoveo Jaramillo Alvarado.

El escritor Luis Salvador Jaramillo es miembro de una nueva camada de escritores lojanos que rinde tributo a la palabra escrita, a través de cuentos como El cuervo decapitado, La hermandad del Mar Muerto, Donde mueren los pájaros, y El sótano y otros cuentos, entre otros. Y hace poco publicó la novela El antifaz de los Bristol, que narra la historia rural de una familia que utiliza un nombre falso para ocultar su verdadera identidad. Pero una identidad que –lejos de ocultar– hay que destacar... es la lojana, indica Salvador. “La lojanidad conforta con la nostalgia a aquellos que han emigrado de esta tierra”, indica el escritor, quien considera que la cultura de esa provincia se ha nutrido de las lecturas. “Pero en los tiempos actuales, los jóvenes ya no son lectores”, opina este investigador, quien labora para la Casa de la Cultura, núcleo de Loja.

Los ecuatorianos en general debemos refugiar nuestro patrimonio intelectual en la palabra, dice. “Tenemos que regresar a las lecturas”.

La lojanidad conforta con la nostalgia a aquellos que han emigrado de esta tierra. Ese sentimiento se vuelve mucho más profundo fuera de casa”, Luis Salvador Jaramillo

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