Desayunar con naranja: Tradición mundial
“El éxito de aquella fruta permite elaborar mermeladas, helados, bebidas gaseosas, entra en la composición de licores como el Grand Marnier, el Cointrau”.
En el folclore ecuatoriano dicha fruta adquiere ribetes de erotismo: “Dame la naranja mi amor, dame la naranja mi bien, dame la naranja que quiero gozar”. Los nutricionistas afirman que es rica en vitamina C, aumenta las defensas, hidrata el cuerpo, aumenta el colágeno, retarda el envejecimiento celular, la consideran como preventiva contra el cáncer.
Sabemos que los árabes la trajeron a España, fueron probablemente las manzanas de oro que Hércules tuvo que ir a robar para cumplir uno de sus trabajos.
El éxito de aquella fruta permite elaborar mermeladas, helados, bebidas gaseosas, entra en la composición de licores como el Grand Marnier, el Cointrau. Lo de la mermelada es mucho más delicado, pues no es simple obtener un producto perfecto. Ciertos usan pectina, otros solo azúcar.
La piel de la fruta liberada de su parte blanca se corta en tiritas las que se confitan en azúcar. El aspecto es apetitoso, pues se ven las tiritas flotando en una confitura almibarada. Intenté realizar la receta, obtuve una rica mermelada mas no logré la perfección que encontré por fin donde la Tía Fabi.
La cata de una mermelada es para sibaritas. Se analiza la textura de las tiras: deben jugar con el paladar, la lengua, los dientes, donde se derriten al masticar.
El equilibrio del azúcar ha de ser perfecto preservando un leve toque de acidez amarga que tanto gusta a los ingleses.
El desayuno ideal cambia según las culturas, pero en los grandes hoteles nunca falta el jugo de naranja. Después de vivir un año en Inglaterra me acostumbré al pan recién horneado cubierto de mermelada. Fue en la ciudad de Dundee, Escocia, que se realizó la primera mermelada.
En todo caso la palabra inglesa marmalade aparece por primera vez en el siglo XV, se consigue en los delicatessen del mundo entero la auténtica confitura de Dundee. Los productos que pude adquirir en supermercados locales corresponden a fábricas nacionales, las que aciertan con frutillas, guayaba o piña, pero no logran la anhelada calidad cuando se trata de naranjas. Quizás por esta razón resulta difícil conseguir aquella variedad siendo probablemente menor la demanda.
Los ingleses prefieren el té al café, saborean el dundee fruit cake hecho con naranjas y otras frutas confitadas luego cubierto con almendras incrustadas. Se habla también de french toast, cuya primera receta corresponde a Apicius, gastrónomo romano (siglo I d.C.), en su libro de cocina De re coquinaria.
Los franceses son adictos al café au lait (café y leche) con pan baguette, mantequilla, croissants. La tradición añade a veces un huevo a la copa en los que se moja una loncha de pan cubierta de mantequilla y jamón (son las mouillettes o mojaditas). Epicuro renunció a la margarina desde que probó las mantequillas de Floralp y Chivería. Dejé de preocuparme por lo del colesterol para fijarme en el sabor.
Hay mañanas en que el bolón de verde con café pasado luce como maravilla. Depende del estado de ánimo. Lo mismo ocurre con los sabrosos panqueques y su sirope de arce.