Creativos sabores: Sushi en Buena Vista
“La textura de la burbuja debe ser lo suficientemente delicada y al mismo tiempo firme, para que la experiencia de cada bocado sea fantástica”.
Todo comenzó hace un par de años con unas pocas mesas en un pequeño y modesto local en la calle segunda de Entre Ríos, donde algunas veces fui y me regresé por no encontrar dónde parquear. Con precios razonables, sin mucha bulla, pero con bastantes ganas y geniales ideas fueron haciendo su espacio entre los buenos lugares para comer rollos, así empezó Ikura Sushi.
Ahora se encuentran a pocos metros, en el primer piso del centro comercial Buena Vista Plaza (km 0,5 de la avenida Samborondón). El lugar cuenta con una acogedora terraza donde en estos días se puede disfrutar de la fresca brisa de verano. Por dentro el local es sencillo, pero cómodo. Nada pretencioso, la figura gigante de una japonesa destaca en una de las paredes. El personal es de primera, son atentos y conocedores al detalle de cada uno de productos que tiene el menú.
Empezamos con unos Gunkan (algas marinas rellenas de arroz y encima el marisco) de pulpo ($4,48) y langostino ($ 5,04). Aunque no fueron mis favoritos, estuvieron bastante bien. Luego el Sake roll ($ 13,44), son 5 rollos de salmón, rellenos de arroz crocante, con nueces y bañados en salsa de anguila. Estuvieron excelentes, las texturas crocantes se funden perfectamente con el salón y el toque dulce de la salsa.
En la carta hay más de 30 rollos distintos y cerca de una docena que ofrecen directamente los meseros. Nos decidimos por el acevichado ($ 16,29), tiene un toque de aguacate en la salsa que lo hace diferente a otros. El Naomi ($ 15,12), está armado con pesado blanco, cangrejo, queso crema y cebollín, pero lo que realmente lo destaca es el sutil sabor a naranja.
Luego dos tempura: el Tokio ($ 17,20), una combinación bien creativa y original de la casa, que está relleno de langostino, queso crema, cebollín, aguacate, encima camarón crocante con una salsa apenas picante, delicioso. El otro fue Samurai ($ 17,20), es una variación del anterior, pero con salmón, igualmente muy recomendable.
Una cosa divertida de comer rollos o sushi, es que se pueden variar los sabores y texturas con mucha facilidad. Pero hay que tener cuidado a la hora de combinar con las bebidas. Los delicados mariscos, con la soya y salsas, algunas dulces otras picantes, pueden perderse con un maridaje mal seleccionado. Los vinos tintos jóvenes, no muy complejos y sin mucho contenido tánico son una opción. Otra que también funciona es la cerveza y generalmente los vinos blancos.
De todas las opciones, mi preferida es un buen champán. Lo importante es que la textura de la burbuja debe ser lo suficientemente delicada y al mismo tiempo firme, para que la experiencia de cada bocado sea fantástica. Esta vez llevé un excelente vino espumoso argentino, Escorihuela Gascón, Extra Brut ($ 25), tiene una mezcla de dos cepas, Chardonnay y Pinot Noir, que lograron un maridaje perfecto.
En Ikura, el precio ($ 11,20) del descorche por botella de vino es económico en comparación con otros lugares en la zona, como el restaurante Zeru ($ 15) o Carlo y Carla ($ 25) donde se paga más del doble, si quiere llevar su propia botella de vino.
En el menú hay algunos postres, helado frito, el banana tempura o la clásica copa de helado de sabores varios, pero esta vez, ya no había espacio, así que quedarán para la próxima, porque seguro regresaremos. (O)