Saltando bares: Celebrando a Croacia
“Preparar un martini, coctel que solo tiene dos ingredientes, podría ser considerado como algo sencillo, pero en realidad es todo lo contrario. Justamente en la sencillez está su gran dificultad”.
Fue una campaña sensacional, Croacia, el país de donde vienen mis abuelos, alcanzó el vicecampeonato en el Mundial de Fútbol en Rusia y había que celebrarlo. Decidimos hacer un recorrido por algunos de los bares de la ciudad, para ir recordando los grandes momentos que vivió el equipo durante el torneo.
La primera parada fue en el hotel Oro Verde, El Capitán debe ser el bar más elegante y con el mejor ambiente íntimo de toda la ciudad. Decorado con paredes de madera y claraboyas semejando el salón interior de un barco, hacen de este un sitio único.
Pedí un martini extremadamente seco, el original y mi favorito es con 8 partes de ginebra y 1 parte de vermú blanco seco. Pero como esta vez la idea era recordar nuestra fortaleza en la victoria sobre los rusos en la serie de penales, solicité sea preparado con las mismas cantidades, pero con vodka.
Preparar un martini, coctel que solo tiene dos ingredientes, podría ser considerado como algo sencillo, pero en realidad es todo lo contrario. Justamente en la sencillez está su gran dificultad. Un pequeño error en las cantidades y el resultado cambia drásticamente. Además, al prepararlo puede ser agitado o mezclado con cuchareta (al estilo James Bond) como pienso se mantienen mejor sus sabores e intensidad.
Es una bebida engañosa, aunque esa mágica mezcla hace que no se sientan sus más de 45 grados de alcohol, es suficientemente potente para tumbar a cualquiera que se atreva pedir más de tres. Nosotros nos levantamos y seguimos en nuestro recorrido.
El pase a la final fue gracias a la victoria contra Inglaterra, así que fuimos a Birra en la planta baja del centro comercial Las Terrazas en la vía a Samborondón. Con paredes de madera, barriles, pantallas de televisión y una amplia barra en el centro del lugar es parecido un pub, el típico lugar en donde se reúnen los ingleses para tomar unas cervezas.
De entre las más de 70 variedades de cerveza artesanal ecuatorianas que ofrecen seleccionamos la negra Stout Porter de Santana. Sumamente oscura, con espuma cremosa que se mantiene por buen tiempo, potente sabor con toque dulce por el caramelizado de la cebada y bajo lúpulo que da un sutil amargor. Para acompañar, la especialidad de la casa, hamburguesas (tienen más de 20 en el menú). Minicheeseburger, minimechado de cerdo y minicrispy chiken burger.
Los franceses consumen 2,15 litros de whisky por persona al año, lo que los ubica como los más grandes bebedores de este destilado en el mundo. Entonces, para cerrar la noche y hacerle honor a nuestros rivales y campeones, fuimos al Guayaquil Tasting Club, en el malecón de Puerto Santa Ana, en la parte baja del edificio Bellini, junto al río.
Especializado en whisky ofrece cerca de 100 variedades distintas, con añejamiento en barriles de todo tipo y de diferentes partes del mundo. Primero un Macallan de 10 años de la zona de Speyside, afrutado y con extrema suavidad. Luego Laphroaigy y Ardbeg, dos de mi región favorita, Islay. De una sola malta, ahumados con turba y notas de yodo, típicas de las destilerías que se encuentran junto al mar. De potentes aromas, pero suaves en boca, deliciosos y persistentes.
Celebrar no fue nada barato, casi $ 200 para dos personas, no es algo que se pueda hacer muy seguido; sin embargo, llegar a la final de la Copa del Mundo tampoco, así que digamos que valió la pena. (O)