Creadores de vida
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Tres jóvenes padres relatan las primeras experiencias luego del nacimiento de sus hijos.
Leonardo Malo, 23 años
Muchos sacrificios, muchas alegrías
Lo primero que hicieron Leonardo Malo, de 23 años, y su novia al enterarse que iban a ser padres fue abrazarse. Desde ese momento comenzaron a planear cómo hacer que su hijo creciera en un ambiente saludable.
Ellos se conocieron años atrás mientras estudiaban Gestión Empresarial en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil. “Fue un 2 de agosto en la fiesta de su cumpleaños cuando bailamos por primera vez y una chispa quedó entre nosotros”, recuerda Leo. Su hijo nació el 16 de marzo del 2011. “Nada se compara con tener entre tus brazos a tu hijo. Al que conociste desde que estaba en el vientre de su madre”, dice Leonardo, aunque admite que su nacimiento trajo muchos cambios a los que tuvieron que acostumbrarse. “Tuvimos que hacer muchos cambios para adaptarnos. Nosotros éramos de las parejas que solíamos quedarnos despiertos normalmente hasta la 01:00 o 02:00, o de los que solíamos ir al cine a la última función. Todo eso cambió”, explica.
Además, les costó sobrellevar las primeras malas noches. “El primer mes fue el más difícil. Tuvimos que hacer un horario y cumplirlo al pie de la letra para no tener que sufrir las despertadas en la madrugada. Nos acostábamos a dormir a las 21:00 o 21:30 y como nuestro hijo se dormía a las 21:00 y se despertaba cada tres horas, nos permitía descansar cada tres horas en la madrugada y a las 05:30 o 06:00 ya estaba despierto”, recuerda. Sin embargo, su paternidad ha estado llena de hermosos recuerdos. Uno de ellos es ver bailar a su hijo el “Checherereche” como el pequeño le dice a la canción Balada Boa, del cantante brasileño Gustavo Lima.
Por eso, el único consejo que Leonardo puede darles a los jóvenes que pronto se convertirán en padres es “que tengan mucha paciencia y mucha calma, que no hay bendición más bella que la de un hijo”.
Abel Díaz Arias, 21 años
Su paternidad, una corazonada
“Me enteré de que iba a ser padre por una corazonada. Un día cuando estaba peleando con mi novia Christine Muñoz, ahora mi esposa, se me ocurrió preguntarle: ¡Ya te bajó la regla! y ella me respondió: ¡No!, pero que iba a investigar en ese instante si a su mamá ya le había bajado porque ambas coincidían con la fecha”.
“En ese momento de espera sentí un escalofrío y mucho miedo. Cuando Christine regresó, la vi pálida y me respondió: ¡Mi mamá ya ha menstruado!”.
“Corrí a la farmacia a comprar una prueba para que se la hiciera y cuando vino a mí llorando con el resultado, me dijo: ¡Abel, mi amor... estoy embarazada! Esa noticia a mis 19 años me cayó como un balde de agua fría. Ella tenía mi misma edad”.
“Lo primero que pensé fue en que perdería mi libertad para ir al gimnasio, pasear o comprarme ropa y, segundo, en que debía ganar dinero para cubrir las necesidades de mi hijo”.
“Después cuando nació mi hija Isabella y la tuve entre mis brazos, me estremecí de mucha alegría. Ahora tiene 1 año 10 meses y la primera palabra que dijo fue gato, pues la tengo grabada”.
“Su nacimiento le da sentido a mi vida y quiero ser mejor todos los días porque tengo por quien vivir: mis dos tesoros”.
“Actualmente tengo 21 años y estoy en cuarto año en la carrera de Administración de Empresas, en la Ecotec. Además tengo una empresa llamada Resurrection Empory, que ofrece servicios de bailes para fiestas infantiles y hora loca. Los shows los vendo como La resurrección de Michael Jackson”.
“Este año un amigo de mi grupo de baile me incentivó a que participemos en el programa ‘Ecuador tiene talento’, que organiza Ecuavisa. Interpreté a Michael Jackson con la idea de ganar como muchos talentos, pero no fue posible. Sin embargo, mi mayor motivación era hacerme conocido para sacar adelante mi empresa y con ella, a mi familia”.
Ronald Hidalgo, 24 años
Valentía para ser papá
La vida de Ronald Hidalgo, de 24 años, cambió el 1 de julio del 2009 cuando se convirtió en papá de Matías. Ahora está “chochísimo” en su nuevo papel y siente que todo vale la pena por su hijo de 3 años.
Ronald aún recuerda cuando vio por primera vez a su bebé, dijo haber sentido una alegría inmensa, casi indescriptible. Y aunque tenía 21 años se sentía maduro para afrontar lo que se venía, eso sí, siempre de la mano de su esposa, también de su misma edad, Gina Gilbert.
“El mayor cambio fue hallar un equilibrio y organizar bien nuestros tiempos para cubrir varios aspectos de nuestra vida, siendo siempre el más importante la familia”, comentó Hidalgo.
Aunque admite que las horas de sueño de soltero ya no son las mismas (risas). Pero, como comenta él, no cambia por nada estar inmiscuido en esta aventura de ser papá, de la cual han sido partícipes muchas personas con sus consejos.
“Gracias a Dios he tenido cerca a personas que me han sabido dar muy buenos consejos a lo largo de mi vida, como mi papá, mi hermano y mi suegro, y eso ha repercutido en el padre que soy ahora”, dijo Ronald.
Matías y Ronald comparten tiempo de calidad juntos. Les encanta salir a jugar fútbol, ir al cine y al Monumental a ver jugar a Barcelona. Cuando se separa de él, con toda la tristeza de su alma, es porque tiene que trabajar o estudiar. “Son sacrificios que harán que tenga un futuro mejor; por eso aconsejo a todos esos padres primerizos que sean valientes al afrontar esta gran responsabilidad y que estén tranquilos, porque una vez que miren a los ojos de su hijo sabrán que van a hacerlo bien”, finaliza.