Bailando por un sueño
Con mucha personalidad y confianza en sí mismo, Gabriel nos cuenta un poco lo que ha sido venir a Ecuador (junto a su novia, quien ya lo esperaba acá). Es arquitecto y bailarín. Busca trabajo en cualquiera de las dos cosas, y no dudo que con su personalidad consiga trabajo en ambos oficios.
¿Qué onda con tu facha?
Soy bailarín y hay que tener un look diferente para poder resaltar.
¿Te vas de baile?
No, ahora voy a hacer unas compras con mi novia. Igual hay que mantener siempre el look.
¿Vas a bailar a algún semáforo?
¡Exacto!
¿Cómo así por Ecuador?
Como saben, Venezuela está mal y vine para acá porque mi novia está acá y a ver qué salía por ahí. Acá la gente es un poco genérica (hablando sobre la facha), por decirlo así, aprovecho eso, así como me viste, y también con mi personalidad resaltar.
Así entro tanto en lo que es arquitectura y baile. Hace unas semanas entrevisté a alguien con el pelo plateado. Parecía Tormenta, la de X-Men.
¿Tú eres Quicksilver?
Me identifico más con él. ¡Es más loco!
¿Cuánto tiempo llevas acá?
Aproximadamente, ocho meses. Estoy familiarizándome con Guayaquil. Es una ciudad que se parece mucho a Valencia, de donde yo vengo. Me siento cómodo, no me quejo de nada.
¿Vinieron juntitos o separados?
Ella me estaba esperando desde hace un año.
¡Qué paciencia! ¡Ay, ay, ay! ¿Por qué no viniste antes?
Estaba terminando mi carrera. Terminé todo y me vine para acá sin pensarlo dos veces.
¿Tu novia también baila?
Sí.
¿Baila contigo?
Por ahora no. ¡Me dejó! (I)