Sabor a salsa cubana

23 de Octubre de 2011
Texto y foto por Mauricio Torres.
Un blanco y negro de nostalgia cubana. Un look de villana de caricatura, pero que no tiene nada de los dos. ¡Mucho sabor y azúcar!
 
Cuéntame de tu facha.
Son unos pantalones de rayas, tipo cebritas. Me encanta mucho la combinación del blanco y negro. Mi clóset es así, de negro o de blanco.
 
¿Clóset de Morticia Adams o Cruella De Vil?
(Risas) Sí.
 
Date cuenta de que todos los malos de las películas se visten así. ¿Tú te hiciste toda esta ropa o solo el pantalón?
La hice yo.
 
¿Cubana?
Sí, de La Habana. Migré hace unos seis años.
 
¿Cómo así decidiste quedarte?
Me casé con un argentino y luego me separé.

¿Qué haces de tu vida?
Trabajo con el diseñador Hugo Wilson. Me encanta el mundo de la moda.
 
¿Qué haces exactamente?
Hago las terminaciones de los vestidos. Las decoraciones de piedras, lentejuelas. Todo eso lo pongo yo. Pero eso lo aprendí aquí.
 
 ¿Y en Cuba qué hacías?
Trabajé en un salón de partos.
 
 ¡Oh! O sea que aquí (señalando a su amiga embarazada) te ponen a trabajar en cualquier momento!
Uy sí, y eso que vamos juntas de arriba para abajo. La tiro nomás al piso y le empiezo a gritar: ¡Dale, puja!
 
(Risas) ¡Qué bueno! ¿Te quedas acá de largo entonces?
Sí, de hecho tengo incluso familiares acá conmigo.
 
¿Qué es lo que más extrañas de Cuba?
El carisma del cubano. El cubano se ríe de su propia desgracia.
 
¡Es la mejor actitud ante la vida!
A cualquier cosa le saca un chiste.
 
Un amigo me decía que hay dos tipos de amargados: el que se deprime y el que te hace reír con su amargura.
Exactamente, ese es el cubano.
 

¿Qué le parece esta facha?Coméntenos

 

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