A lo Oscar Wilde: Los dandis, antes y ahora
Ese estilo masculino recargado y cuidadoso de los detalles celebra su regreso a la escena urbana.
La imagen clásica del dandi de los libros no deja lugar a dudas: la elegancia por encima de todo. El sombrero, el chaleco al cuerpo, los zapatos de charol y el bastón de paseo tenían que ser perfectos. Y es que antes los dandis pensaban todo el día en el ropero. El eje de sus vidas estaba puesto en la moda.
Dicen que Beau Brummell, el pionero del look dandi de Inglaterra a mediados del siglo XVIII, dedicaba unas cinco horas a estar bien vestido y que lustraba las botas con champán.
Hoy ese movimiento vive una especie de renacimiento: cada vez más, a la par de las personas que llevan jeans rotos o prendas económicas, surge un público que se esmera en vestir marcas exclusivas porque le da mucho valor a la calidad. “Es la contracara del minimalismo”, opina Robert Herzog, docente de moda en Stuttgart.
Detalles al por mayor
Cuando uno ve imágenes de los dandis más célebres como Oscar Wilde, Giacomo Casanova o Charles Baudelaire, lo que más llama la atención son los detalles. Los botones brillan, las costuras son de hilo de colores, los zapatos están lustrados a la perfección.
Los dandis amaban la exageración, estaban obsesionados con los detalles, la moda era un fetiche. Eran narcisistas, pensaban todo el tiempo en las apariencias y en cómo crearlas jugando con materiales, colores y sombras de distinto tipo. Solo vestían materiales de calidad y disfrutaban de salir luciendo sedas, cachemira o chaquetas de terciopelo.
Si uno observa la moda masculina actual en Italia, queda sorprendido por las similitudes con la moda de aquellas épocas.
Tradición recargada
De todos modos, André Bangert, especialista en textiles, recomienda justamente darle una vuelta de tuerca al estilo tradicional. “Hoy Oscar Wilde caería muy arrogante. El hombre actual puede tomar elementos de los dandis de antes, pero tiene que ser ante todo cool, relajado, como si sus prendas no fueran el resultado de horas ante el espejo”.
Es decir: se pueden tomar elementos clásicos, pero hay que saberlos aplicar con mesura.
“Si uno elige un chaleco o una chaqueta estampada con pequeños rombos, no tendría que llevar un pantalón clásico de invierno. Otro ejemplo: uno puede vestir un saco con solapas al estilo esmoquin, pero las bufandas estampadas que solían llevar los dandis están muy fuera de moda”, explica Bangert, que además recomienda lucir los pantalones pinzados con zapatos deportivos.
Para este especialista, los sombreros y los zapatos de charol están totalmente out. Prefiere ver calzado de cuero o mocasines de alta gama. También asegura que los tirantes son un accesorio que puede ir muy bien con barba y jeans, pero no con cabello corto engominado.
Pero cuando el tema es el corte de cabello, las cosas no parecen haber cambiado. “Llevar la melena superior un poco más larga y los costados cortos sigue siendo lo ideal para cualquier hombre”, asegura. Los dandis de antes estarían felices. (I)