Criar hijos decentes

Por Ángela Marulanda
20 de Agosto de 2017

Ser padres significa ser adultos lo bastante maduros como para enseñarles a los niños a superar digna y decentemente las decepciones o contrariedades que deberán enfrentar a lo largo de su vida. Sin embargo, hoy muchos padres viven en función no de educar a sus hijos, sino de vivir solucionándoles sus problemas, asumiendo sus deberes como propios y defendiéndolos de los castigos que se merecen, porque no pueden aceptar que sus hijos no se destaquen en todo. Así, en lugar de urgir a los niños a que estudien más para que obtengan buenos resultados académicos, culpan a los profesores; en lugar de castigar a los hijos por violar las normas del colegio, atacan los reglamentos establecidos; en lugar de sancionarlos cuando incumplen sus deberes escolares, critican a los maestros por ser demasiado exigentes.

Una actitud más apropiada es enseñarles a los niños que, aunque no siempre pueden controlar los resultados, sí pueden controlar la forma en que responden. El respeto no se limita a decir ‘gracias’ o ‘por favor’. Ser respetuosos es también no burlarse de los demás tras sus espaldas, aprender a ganar justamente y a perder humildemente; es tratar a todos –los amables y los no tan afables– en forma cordial y respetuosa.

Es imposible lograr que los niños se comporten en forma decente cuando los padres responden agresivamente ante cualquier exigencia o ante cualquier desacuerdo con los profesores o con sus compañeros. Lo cierto del caso es que la mejor forma de que los niños tengan buenos modales es que sus padres mejoremos los nuestros.

Como padres debemos tener especial cuidado en evitar las malas palabras o las respuestas groseras que condenamos en los hijos. Si le decimos a nuestro cónyuge que se calle la boca o si criticamos al vecino diciendo que es un idiota, es muy probable que nuestros hijos usen estas mismas expresiones con cualquiera que les desagrade. Es imposible enseñar buenos modales a los niños cuando usamos palabras insultantes para referirnos a quienes nos desagradan. (O)

angelamarulanda@gmail.com

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