De la crueldad... a la infamia
Es cierto que los niños siempre han sido crueles con sus compañeros, pero lo que está sucediendo hoy va mucho más allá... pasaron de la crueldad a la infamia ya que hoy son muchos los niños que son torturados por “bullys”, que se dedican a mortificarlos para divertirse o sentirse poderosos. Lo triste es que ser un canalla les da a esos niños una posición relevante entre sus compañeros.
No podríamos esperar menos que esto con la proliferación de películas en las que los héroes son los malvados, y videojuegos que premian a los niños por asesinar, violar y cometer toda suerte de atrocidades desde pequeños, cuando aún no distinguen la fantasía de la realidad ni tienen los criterios para comprender las implicaciones de las infamias que cometen. En esta forma los convencen que ser un villano es un heroísmo y los connaturalizan tanto con la crueldad que los “des-humanizan”.
En Estados Unidos aproximadamente 160 mil niños faltan al colegio todos los días por temor a ser abusados por sus compañeros, y que 8 de cada 10 menores que se suicidan, lo hacen por esta razón. Me atrevo a pensar que las estadísticas en nuestros países, habidas proporciones, son similares.
Lo más doloroso es que las víctimas de los intimidadores suelen ser los niños más inseguros o débiles porque tienen alguna desventaja: gordo, tartamuda, con problemas de aprendizaje, tímida, usa gafas... Es decir, aquellos que más apoyo necesitan son los que reciben constante maltrato al punto de que llegan a preferir morir que vivir.
Lo curioso es que, a pesar de los esfuerzos para combatir la intimidación escolar, el problema en lugar de disminuir ha ido empeorando. Y la razón principal para ello es la impunidad... el hecho de que la mayoría nunca son castigados.
Creo que si queremos desalentar este delito tan cruel hacen falta sanciones muy severas para los intimidadores y mecanismos más efectivos para detectarlos porque no se trata de una “pelea de niños”... sino de un crimen. Los bullys son cómplices de la muerte de quienes se suicidan como consecuencia de su acoso o maltrato, y en esa medida son los principales responsables de la miseria o la muerte de ese compañero.
