Focalizándose en lo importante
El tiempo que vivimos se caracteriza por la velocidad del cambio en la que múltiples acontecimientos ocurren simultáneamente y cuya complejidad puede llevar a los empresarios a desfocalizar la mirada de lo importante o tomar decisiones sin tomar en cuenta los asuntos estratégicos que generarán real impacto en las organizaciones. Las decisiones de cada líder sobre los aspectos que requieren mayor atención no solo afectarán el desempeño individual, sino el de todas las personas que dependen de su gestión.
El discernimiento es una cualidad fundamental, pues permite analizar desde una visión holística la realidad, distinguiendo los aspectos importantes de los accesorios, y con los criterios apropiados para identificar adecuadamente las prioridades y tener la voluntad para actuar conforme a los principios descubiertos.
Esto que ocurre en el ámbito laboral, también se da en las diversas decisiones personales que tomamos cotidianamente. Cada decisión responde a una prioridad que guía nuestra vida: si le dedicamos tiempo a nuestras familias o no; si postergamos tal o cual estudio académico, etc. Hay decisiones importantes que vamos dilatando presa de las urgencias o situaciones coyunturales, llevándonos muchas veces en una dirección distinta a la que inicialmente proyectamos para nosotros y nuestros seres queridos.
Por eso, vale la pena detenernos y evaluar cuáles son los criterios que están orientando nuestras decisiones: el deseo de éxito o la búsqueda del bienestar interior, la propia satisfacción o el bien de los demás, etc. Una vez que identifiquemos con claridad nuestras prioridades es necesario evaluar si estamos actuando conforme a ellas o nos dejamos llevar por presiones externas ajenas a nuestra escala de valores.
Para ello, puede ayudar un ejercicio sencillo: Si nos quedase poco tiempo de vida, ¿estaríamos satisfechos con lo ya alcanzado?, ¿qué podríamos hacer distinto para avanzar en la dirección deseada? ¿qué opciones deben ser reenfocadas? Este tiempo de inicio del año es una oportunidad para salir de la rutina, y realmente cuestionarnos profundamente sobre aspectos esenciales de nuestra vida: nuestra relación con Dios, la atención a nuestros seres queridos y el impacto que estamos llamados a realizar en el ámbito laboral y la sociedad.