Descubrir la vocación
Al igual que el amor, el interés profesional es un sentimiento que no siempre se encuentra de manera instantánea. Requiere tiempo y la necesidad de tomar decisiones valientes.
Emilio Cucalón, Piloto Comercial
Volando para alcanzar sus metas
Desde muy pequeño, su gusto por los aviones lo llevó a asistir con emoción y curiosidad a exposiciones aéreas, donde apreció de cerca lo que años más tarde se convertiría en su fuente de realización profesional. Proveniente de una familia de ingenieros, Emilio Cucalón Espinoza estaba tan convencido de su pasión, que no dudó un instante en contarle a sus padres sus deseos de ser piloto profesional.
Aunque ellos nunca se opusieron, manifestaron su preocupación natural ante lo que significaba volar en avión, temor que, de igual forma comparte ahora su esposa, también ingeniera, lo que suponía una gran responsabilidad.
“Mis padres al principio se sintieron preocupados por el peligro, pero yo investigué siempre para hacerles entender que volar no es peligroso y que el porcentaje de accidentes aéreos es más bajo comparado con los terrestres, cuando las cosas tienen que pasar, suceden arriba o abajo”, comenta Emilio, quien al no tener familiares en esta carrera, ingresó a trabajar al aeropuerto a los 18 años deseoso de involucrarse directamente con personas que lo orientaron para iniciar sus estudios en Bolivia y luego continuar en Aeroclub, en Guayaquil. “Mis padres siempre quisieron que hiciera lo que a mí me gustara, con esfuerzo y responsabilidad, y que siguiera adelante siempre siendo el mejor”. (C.G.)
Mariella Amador Pino, Arquitecta
Pasión por lo diferente
A pesar de provenir de una tradicional familia de abogados, Mariella Amador desarrolló un profundo interés por la rama artística y el diseño, el cual fue confirmado a través de un test vocacional que la inclinó a elegir Arquitectura, carrera que comenzó en la Universidad Católica y tiempo después culminaría en la Universidad Espíritu Santo. Mariella, cuyo hermano, papá, un tío y cinco primos son abogados, tenía la seguridad de contar con el apoyo incondicional de sus seres queridos, sobre todo el de su madre, quien quiso estudiar esta carrera en su juventud y con mucha ilusión animó a su hija en la decisión de iniciar sus estudios en esta profesión que hoy tanto la complace.
“Me apasiona lo que hago, es muy gratificante trabajar en una profesión que disfrutas. Ver el antes y después de una casa, oficina o local es inspirador y que tu cliente esté feliz con el resultado te empuja a seguir investigando, aprendiendo, mejorando y dar todo de ti”.
Con la ayuda emocional y económica de sus padres, esta joven madre confiesa que sus dos hijos han sido la mayor fuente de motivación en el estudio de su carrera y en su desarrollo, llegando a convertirse en una fuerza que le sirve como inspiración en cada una de sus obras, las cuales emprende con el entusiasmo y el profesionalismo de quien está seguro de su presente y futuro profesional.
“Estoy orgullosa del legado de mi familia, del nombre de mi abuelo, de mi padre, del apellido que llevo; pero al mismo tiempo soy feliz con mi decisión de estudiar Arquitectura, y todos los días me levanto con ganas de seguir haciendo más de lo que me gusta”, concluye. (C.G.)
Luis Cordero, Egresado en Administración de Empresas
Un camino largo y revelador
Este guayaquileño de 35 años está próximo a graduarse, lo cual es parte de un camino académico que cultivó de una manera muy particular, llegando a estudiar algunos semestres Literatura, Periodismo, Psicología, Negocios, Sistemas, Diseño Gráfico y Dirección Cinematográfica, esto último en Buenos Aires, Argentina.
Finalmente, Luis Cordero decidió estudiar Administración de Empresas con especialización en Marketing. “Aquel que sepa su oficio y además tenga la capacidad de venderse obtendrá el éxito”, indica.
Hoy mantiene una pequeña firma de diseño web llamada Creaciones Digitales con su socio Juan Carlos Donoso. “Estoy desarrollando un portal de internet dedicado a temas de fantasía medieval, con historias e imágenes al estilo manga sobre dragones, hadas, duendes, vampiros, entre otros. He contratado a artistas digitales de varias regiones del mundo. Veo la posibilidad de crear mi firma de cómics, al estilo de Marvel o DC”.
Fue así que Luis logró determinar su futuro profesional, combinando su pasión por el arte, el mercadeo, la literatura y la tecnología.
“Me veo como un emprendedor que creará sus propios portales de internet y marcas de productos relacionados con la imaginación”. Y para ello planea estudiar posgrados en el exterior, para afianzarse en la riqueza de haber encontrado su pasión laboral. (M.P.)
Karina León, Profesora de inglés
Una ‘happy teacher’
La vida llevó a esta guayaquileña de 24 años a cambiar el diseño arquitectónico por las voces de los más pequeños hablando inglés.
Karina León escogió en el colegio la especialidad de Químico Biólogo. “Quería ser doctora, al igual que mi padre”, dice.
Pero tras graduarse sus intereses cambiaron hacia el dibujo y el diseño, actitudes que la motivaron a estudiar Arquitectura, carrera a la que dedicó siete semestres en la universidad. “Pero no me sentía cómoda, especialmente con las materias relacionadas con las matemáticas, el cálculo y la geometría. Mis compañeros me motivaban a continuar, pero finalmente me di cuenta de que no era lo mío. Así que corté, porque pensé que me convertiría en una mala profesional. Y no quiero eso”, indica sobre esa decisión, para la cual recibió el apoyo de sus padres.
Su búsqueda por la carrera adecuada la llevó a reflexionar sobre sus gustos desde la infancia, edad en que se sentía atraída hacia los idiomas extranjeros. “Pero entonces no me veía trabajando con niños. Sin embargo, todo cambió. Decidí estudiar para profesora y poco a poco me gustó la idea de trabajar con los pequeños, ya que aprendo las técnicas adecuadas. Hoy amo mi carrera”, indica Karina con una gran sonrisa, porque solo le falta estudiar el quinto año para graduarse de profesora, actividad que ya ejerce en un colegio local.
Ella ha conocido a muchos jóvenes en su misma situación, pues al graduarse del colegio es común que los adolescentes no estén seguros de su futuro académico. “Allí existen muchas fallas en los colegios. No hay una verdadera asesoría vocacional para los alumnos que se gradúan”. (M.P.)