Proverbios de los Pirineos: Para tener presente
Estas expresiones de pocas palabras se han vuelto populares con la finalidad de transmitir un pensamiento, enseñanza o consejo moral.
Paso por lo menos tres meses al año en una ciudad llamada Tarbes, junto a la cordillera de los Pirineos. Recientemente, decidí recoger algunos proverbios de la región. Como en la mayoría de los casos es imposible identificar al autor, he escrito el nombre de quien me lo relató:
–Cada vez que muere un viejo africano, es como si ardiera una biblioteca entera. (anónimo, recogido por Malika)
–Todo el mundo quiere conocer el Paraíso, pero nadie quiere morir. (Nam)
–Las mujeres son como los continentes: a los 20 años son América, porque todos sueñan con conocerla, y los que lo consiguen, raramente resultan decepcionados. A los 30 años son Europa, sabias y llenas de madurez. A los 40 años son Asia, envueltas en promesas y misterio. A los 50 años son África, que todo mundo sabe dónde está, pero nadie quiere visitar. (Alain Niah-Kyn, en uno de los proverbios más políticamente incorrectos que jamás he oído.)
–Por mucho que odies a las liebres, tienes que reconocer que corren muy rápido. (Antoine Lux)
–Si dos cocineros se encargan de la misma sopa, les saldrá o muy salada, o bien muy sosa. (Daniel Labardere)
–El que vive diciendo “yo no tengo por qué aprender eso”, terminará descubriendo la frase “ojalá supiera...”. (Allen Tannu)
–La vida es como ir en bicicleta: solo nos caemos cuando dejamos de pedalear. (Frederic Bonomelli)
–La historia no está hecha de aquello que recordamos, sino de aquello que queremos olvidar. (Jacques Laffite)
–Solo el cabrito muerto no teme al puñal. (Anónimo)
–Quienes no saben por qué aman, son quienes realmente saben amar. (Sylvie Pinta)
–Si nunca te atreviste a atravesar un río, no rías de los que se mojaron al intentarlo. (Un viejo en Argeles-Gazost)
–No porque el tigre esté flaco vamos a llamarlo gato.
(Genevieve P.)
–Cuando sin querer le das una patada a una piedra, la culpa no es de ella, sino de tu pie, que no sabe dónde pisa. (Lois Bonomelli)
–Al nacer recibimos un pasaporte, boleto y visado para el país de la muerte. (Didier Faure)
–El cachorro tiene cuatro patas, pero todas están obligadas a seguir el mismo camino. (Jacques, del café Monocle)
–Solo quienes han conocido el infierno comprenden las bendiciones del paraíso (Guillaume, citando un proverbio árabe, después de contarme cómo intentó suicidarse por causa del amor.)
–El avaro guarda todo su dinero para tres personas que detesta: el futuro esposo de su mujer, su yerno y su nuera. (Malika, citando un proverbio de Túnez.)
–Los jóvenes andan en grupo, los adultos en pareja y los viejos andan solos. (Del mismo viejo en Argeles-Gazost)
–Cambia en ti aquello que quieres cambiar en el mundo. (Jacqueline Peyrot)
–Justo cuando descubrí todas las respuestas, cambiaron todas las preguntas. (Placa en un café en la ciudad de Ger) (O)