Cuide la autoestima de sus niñas
Estar unidas y admirarse mutuamente puede cambiar lo que las madres y las hijas piensan sobre su aspecto físico.
“Mamá, eres hermosa”. Eso es lo que dijeron sobre sus madres la mayoría (aproximadamente el 90%) de las niñas que tomaron una encuesta de KidsHealth. Y el sentimiento es recíproco: prácticamente la misma cantidad de madres e hijas dice que su persona querida es hermosa.
En tanto que solo el 41% de las niñas se considera “bonita” o “hermosa”. Entre las madres, el 60% dice que es bonita y el 40% indica que no lo es. Más de la mitad de las madres aceptan que critican su propia apariencia, y muchas lo hacen frente a sus hijas. El 76% de las madres que son autocríticas indica que se queja diciendo que necesita adelgazar. Y aproximadamente el 50% de tanto madres como hijas dicen que no les gusta la manera en la que salen en las fotografías.
De tal madre, tal hija
En la encuesta de KidsHealth participaron 2.400 madres y 11.500 hijas. Muchas de ellas tenían sentimientos encontrados sobre su aspecto físico. Fue muy interesante ver que hubo muchas similitudes en la manera en la que perciben su aspecto físico. Las madres y las hijas piensan de manera similar.
D’Arcy Lyness, Ph.D., psicóloga de adolescentes y editora en salud de comportamiento de KidsHealth, indica que la imagen que tiene de sí misma una madre influencia la manera en que la hija se ve a sí misma. En la encuesta, muchas niñas indicaron que se preocupan mucho durante el día por la manera en la que se ven, y que, a veces, esto es algo que sucede constantemente.
Según la Dra. Lyness, “toda esta preocupación sobre el aspecto físico daña la autoestima de las niñas. Cuando las niñas son muy exigentes en cuanto a su apariencia física, se les hace muy difícil aceptarse y quererse, y esto puede ser una barrera que les impide ser la persona que desean ser y alcanzar su potencial”.
Sea un ejemplo
Si desea mejorar la actitud de su hija, comience mejorando la suya. Evite criticar el aspecto físico suyo y el de otros. Coma bien, haga ejercicio físico y no sea exigente consigo misma. Nadie puede ser un reflejo de la imagen perfecta de belleza que hemos creado; pero todos podemos hacer un esfuerzo para aceptar y sentirnos conformes con nuestra apariencia física la mayor parte del tiempo. Aquí tiene más consejos:
1. Hable sobre el tema. Hable con su hija acerca de la presión que existe para ser bonita y delgada. Si hay algo que usted o su hija desean mejorar en cuanto a su aspecto exterior, busquen maneras sanas de lograrlo. Practicar yoga o correr juntas no solamente les permite estar en forma, sino que también ayudará a crear vínculos afectivos entre usted y su hija.
2. Siéntase orgullosa de su apariencia, pero no demasiado. Muéstrele a su hija cuán bueno es cuidar su salud y su cuerpo, pero también hable sobre la importancia de las características más profundas de una persona.
3. No haga comentarios negativos. Concéntrese en los aspectos positivos de su apariencia y la de su hija. En lugar de protestar sobre lo gordas que están las piernas, hable sobre lo bueno que es tener piernas fuertes para correr una carrera de 5 kilómetros. Si ama su cuerpo, ¡su hija amará el suyo también!
4. Dígale que es bonita, pero también talentosa. Dígale que usted cree que ella es muy bonita, pero también haláguela por las cosas que hace bien o disfruta. Al decirle cosas como “tienes una voz hermosa” o “jugaste muy bien en el partido”, la ayudará a tener confianza en sí misma y a convencerse de que puede lograr todo lo que desea.
5. Identifique y corrija las creencias erróneas de su hija. Es importante conocer las creencias irracionales que tiene la niña sobre sí misma, sea sobre su atractivo, capacidad u otros aspectos.
Enséñele a establecer criterios más precisos y a ser más realista al contemplarse. Por ejemplo, una niña podría decir: “No me veo como estas artistas. No soy bonita”. Esto no es solo una falsa generalización, es también una creencia que la predispondrá al pesimismo. Anímela a ver la situación a la luz de la verdad. “¿Crees que mamá es hermosa? Pues te pareces mucho a mamá”.
6. Sea espontánea y afectuosa. Su amor puede ser enormemente importante para estimular la autoestima de su hija. Abrácela y dígale lo orgullosa que está de ella. Déjele una nota que diga “¡Eres maravillosa!”. Elógiela con frecuencia y de manera honesta, sin exagerar. Los niños saben reconocer cuando algo sale del corazón.
7. Cree un ambiente de seguridad y amor. Las niñas que no se sienten seguras o son víctimas de malos tratos en el hogar sufrirán inmensamente de baja autoestima. Esté atenta a signos de malos tratos de otros, problemas en la escuela, dificultades con los compañeros y otros factores que pueden afectar la autoestima de la niña.
¿Halaga a menudo a sus hijas? Coméntenos
Reconozca una buena autoestima
Las niñas con autoestima sana suelen disfrutar interactuando con otros. Se sienten cómodas en los encuentros sociales y disfrutan de las actividades de grupo así como de sus intereses independientes.
Cuando surge un desafío, trabajan para encontrar soluciones y expresan su malestar sin infravalorarse ellas o a otros. Conocen sus puntos fuertes y débiles y los aceptan. En ellas prevalece un sentimiento optimista. ¿Percibe todo esto en su hija?
Finalmente, entienda que cuando las niñas (y sus madres) no se concentran tanto en la apariencia física, son capaces de disfrutar de otros aspectos de la vida que son importantes. (F)
Fuente: www.kidshealth.org