Fideicomiso emocional para niños
Los padres piensan mucho en lo que su dinero podría hacer por sus hijos. Pero harían bien en pensar en lo que el tiempo que pasan juntos puede hacer por ellos.
El miedo por lo que el dinero puede hacerles a los hijos hace que los padres adinerados consulten a abogados y asesores para crear documentos de fideicomisos con reglas que establecen lo que los hijos tienen que hacer para obtener la herencia. Se alienta a los padres de medios modestos a tener seguros de vida en fideicomisos; en caso de que mueran, sus hijos no recibirán todo el dinero de inmediato.
Sin embargo, hay conversaciones más fundamentales que los padres deberían sostener. ¿Qué tal si pensaran en el capital emocional e intelectual como activos en un fideicomiso emocional?
Ese es el concepto que está presentando Jacalyn S. Burke, quien fuera niñera, comentarista sobre paternidad y autora de The Nanny Time Bomb.
Burke dijo que encontró que los progenitores no estaban invirtiendo tiempo o dinero suficiente en seleccionar a alguien crucial en el desarrollo de sus hijos. Contratar a una niñera sin experiencia podría afectar la capacidad del niño para formar relaciones a largo plazo.
Para hacer una buena selección, notó, los padres necesitan realizar la debida investigación. “Deberían ver cuál fue el desempeño en el pasado”, anotó. “¿Se desempeñaron bien en los últimos 6 meses o 10 años?”.
La comunidad es el componente de pertenencia del fideicomiso emocional. “Un sentido ermitaño del mundo no les hace bien”, comentó Burke. “Los fines de semana, paseen al perro por el barrio, jueguen pelota en el parque, participen en su iglesia o sinagoga. Le da a su hijo una gran base en la vida”.
El tiempo con los hijos es el efectivo en el fideicomiso emocional. Las actividades programadas para todo el fin de semana mantienen separadas a las familias. En su lugar, Burke llama a que los progenitores gasten su dinero emocional en experiencias –sentarse, jugar, hornear, hablar–.
“El dinero emocional es apagar el teléfono y hacer cosas con los hijos”, expuso. “Lo que yo oigo decir a los niños es que solo quieren ‘tiempo fuera’ con sus padres. No puedo enumerar cuántos niños extremadamente ricos dicen: ‘Solo quiero jugar a la pelota con mi papá’”. (I)