Gratitud desde pequeños
¿Cansado de las discusiones, los celos y el egoísmo? Lo bueno es que este sentimiento puede ser enseñado y crear un hogar feliz.
La primera de estas doce recomendaciones para criar niños genuinamente agradecidos por todo lo que tienen es que evite darles demasiadas opciones. Tome las decisiones usted.
Las sorpresas ayudan a los niños a ver las cosas como un regalo, no como algo a lo que tienen derecho. Tener demasiadas opciones genera infelicidad. Siempre se quedarán pensando si pueden obtener algo mejor. Una noche intentamos tener una conversación sobre dónde podríamos ir en vacaciones. En solo cinco minutos, Disney no era suficiente. Todos tenían una idea mejor y nadie iba a estar contento con la decisión. Puse punto final a esa conversación y una semana después anuncié que tenía una sorpresa grande: ¡Nos íbamos a acampar! Les mostré mis planes y todos estaban emocionados. Nuestro paseo de bajo presupuesto resultó un éxito rotundo.
Hable de lo mejor de su día. Encuentre tiempo todos los días para hablar de las cosas por las que está agradecido, en la mesa a la hora de comer, antes de ir a dormir o mientras conduce su automóvil. Pregúnteles a sus niños: ¿Cuál fue la mejor parte de su día? Para los más grandes, intente llevar un diario de gratitud.
Cuente a los niños sobre su pasado ¿Cuáles son las historias de dificultad y perseverancia de su familia? La bisabuela de mi marido planchada para ganarse la vida. Ahora usamos su plancha como sujeta libros en casa. Cuando niña, mi abuela lavaba platos por diez centavos a la semana durante la depresión económica. Tenemos su fotografía en nuestro estudio y les contamos a nuestros niños su historia.
Ayude a sus niños a servir a alguien, no a dar caridad. Es muy bueno participar en colectas de alimentos y programas de caridad, pero esto ocurre pocas veces por año y casi nunca se conoce a las personas a las que se está sirviendo. Una noche, todos se estaban quejando de la cena que preparé, hasta que les pedí que le llevaran un plato a la vecina. Todos dejaron de quejarse y salieron con la comida para la vecina, ansiosos de servirla.
Céntrese en lo positivo todo el día. Elegir una actitud positiva es la primera regla en nuestra casa. Es trabajo de todos los días tener constantemente que cambiar las quejas y los celos por un enfoque positivo. ¡Tengo sed! debe convertirse en ¿mamá, me podrías dar algo de beber? ¿Dónde están mis zapatos? debe convertirse en papi, ¿me puedes ayudar a encontrar mis zapatos?
Diga gracias. Enseñe a sus niños pequeños a dar las gracias como parte de una oración completa: Gracias, papá, por preparar la cena. Exhorte a sus niños en edad escolar a que den las gracias durante el día, especialmente cuando les está ayudando a alistarse para ir al colegio o cuando los lleva en automóvil a sus actividades. Haga que agradezcan a los entrenadores por la práctica y a los maestros por las lecciones.
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Sea un buen ejemplo ¿Cuántas veces en el día usted dice gracias? ¿Les ha dicho a sus niños las cosas por las que está agradecido hoy? Nuestros niños nos están observando en todo momento. No podemos pedir que sean agradecidos si no lo somos.
Enseñe que es mejor dar que recibir. Incluso los más pequeños pueden hacer regalos para otros. Llévelos a hacer compras en el almacén del dólar. Que elijan regalos para otros sin comprar nada para ellos mismos. ¡No es fácil!
Deje tiempo para las labores del hogar. Sin estos quehaceres, los niños no pueden comprender lo que significa el funcionamiento del hogar; los platos y la ropa limpia son algo que dan por hecho. Encuentre labores caseras apropiadas para la edad de los niños que puedan hacer, aunque solo sea por 5 minutos al día. Deje el trabajo en el jardín, la limpieza del baño y los cambios de sábanas para el fin de semana.
Empareje a los niños grandes con los pequeños para los quehaceres. Los de edad escolar pueden leerles libros a los pequeños o ayudarlos a vestirse. Sus hijos mayores adquieren confianza en sí mismos, sentido de la responsabilidad y la relación que establecen con sus hermanos menores durará toda la vida.
Dé regalos empíricos (experiencia), no objetos o cosas. ¿Tiene demasiados juguetes? ¿Qué tal regalar una membresía del museo, la inscripción al club de fútbol, o un viaje a un campamento? Los regalos empíricos construyen relaciones.
Supervise el consumo mediático de los niños. Los bombardean con publicidad que no pueden entender o son muy jóvenes para resistir. Los medios de comunicación alimentan el materialismo. Nuestro trabajo es supervisar su consumo mediático, para que no sean arrastrados por la publicidad y para que no se sientan insatisfechos o vacíos.