Anfitriones en Navidad
Recibir a la familia con motivo de la Navidad siempre es razón de alegría. Es verdad, también puede resultar estresante si no estamos debidamente mentalizados y preparados para la ocasión. Recordemos que es una celebración de orden cristiano.
• Un buen ejercicio previo puede ser la elaboración de un cancionero de villancicos. Así podemos integrar a todos, desde los abuelitos hasta los tataranietos. Esto puede significar una especie de identificación, o sello familiar, que seguramente van a repetir el próximo año.
• En algunos barrios los vecinos se reúnen para entregar, en forma colectiva, regalos a los niños. Los líderes barriales pueden poner a todos a cantar villancicos, junto al pesebre, antes de la entrega de regalos. El cancionero, aunque sea en fotocopia, integra a todos.
• La costumbre en Ecuador es ir, primero, a la Misa de Gallo y luego reunirse en familia. Si a usted le tocó este año recibir en su casa, lo primero que tiene que saber es a cuántos familiares deberá atender.
• Cuando planifique el menú, recuerde que por ahí siempre hay alguien que no come carne, que es celiaco o alérgico a determinado producto. Considérelo por respeto a la salud de su familiar y para que se sienta bien atendido.
• Provéase de vasos, platos y cubiertos plásticos para atender a los niños. Sírvales en cantidades pequeñas; la emoción por sus juguetes va a inhibir el apetito, aunque más tarde estén pidiendo “un poquito de chocolate”.
• Para acompañar el chocolate puede tener un panettone, un pandoro o un pan de Pascua. Se recomienda partirlo por la mitad, verticalmente, y de esa mitad se hacen rebanadas de un centímetro, así se facilita que todos los asistentes puedan tomar su pedazo de pan para acompañar al chocolate.
• Si usted se casó este año y todavía no tiene todos los implementos que le gustaría, bien puede poner el pan, cortado, en una bandeja.
• A los primeros que hay que atender, después de los niños, es a los abuelitos. Y luego, a los suegros.
• Si va a prender velas, cuide que los niños no estén cerca.
A la hora de comer, recuerde no poner los codos en la mesa.
La alegría del momento no debe opacarse hablando de enfermedades, robos o secuestros. Tampoco hable de política ni de cuánto le costó toda la atención que está brindando.
• Una anfitriona no “pone llave a la puerta” para impedir que los visitantes se vayan. Esto solamente perturba y causa ansiedad.
• Si están debutando como anfitriones en su nuevo hogar, con la misma cortesía del recibimiento deben despedir a sus invitados.
• Agradezca al cielo por los buenos momentos y… ¡Feliz Navidad!