En la playa
Nada se compara al beneficio que proporciona a la salud un baño de mar. Es que la talasoterapia, a decir de los entendidos, ayuda a conciliar el sueño a los que padecen insomnio, contribuye a elevar el tono de los deprimidos, aumenta el apetito de los anoréxicos, ayuda a mejorar el ritmo cardíaco porque la respiración es más lenta y más profunda.
Todo esto sin contar que el solo hecho de sentarnos al pie del mar nos permite respirar aire puro, sin tóxicos ni contaminaciones; el aire de mar es rico en yodo y sodio, por lo tanto, las glándulas, en especial la tiroidea, se regularizan lo que contribuye a una mejor fijación del calcio en los huesos y hay aumento de glóbulos rojos en la sangre. ¡Qué maravilla!
Para que nuestra estadía en la playa sea realmente placentera revisemos qué debemos hacer:
- No dejar en la arena botellas de plástico. Tampoco las de vidrio. Consciente de lo que esto significa para la ecología, tome las botellas y deposítelas en los tachos destinados a recoger basura.
- A la playa no se va con ollas. Si ha planificado un día entero al pie del mar, siempre va a encontrar lugares donde ir a comer.
- Si el viaje incluye llevar a niños, hay que aprovisionarse de agua, pañales y los juguetes con los que se debe distraer a los pequeños. Igual, sus compotas. Pero además, una funda especialmente destinada para recoger los desechos. Nunca deje un pañal olvidado en la arena.
- Si usted fuma, aunque esté a cielo abierto, el aroma del cigarrillo o del tabaco, en la pipa, es invasivo. Sea considerado, retírese del grupo. Pero recuerde que está contaminando el ambiente.
- Después de beber agua de coco, pídale al mismo vendedor que lleve consigo los cocos consumidos.
- Si usted es de los melómanos que gusta de escuchar música a todas horas, considere que al resto de los humanos no siempre les pasa igual. Sea respetuoso, la música de su gusto es solamente para usted.
- Los niños no deben tirar arena. Esa labor es supervisión de sus mayores.
No importa en qué latitud se encuentre, el clima costero siempre es beneficioso. Si no puede ingresar al mar, al menos un masaje de viento con el incomparable rocío marino salpicado de arena, rica en sal… mmm… “Vamos a la playa, oh, oh, oh...”.