Seducción en el amor

Cuando la llama del amor entre la pareja se apaga, hay que tratar de encenderla nuevamente. Es importante para mantener la relación.

La seducción desde el punto de vista psicológico es parte de la conquista para establecer un vínculo entre la pareja. Para ello se requiere de muchas habilidades que el ser humano va adquiriendo no solo para conquistar, sino para retener lo conquistado.

Según la Real Academia Española, seducir es engañar con arte y maña; persuadir suavemente para algo malo; atraer físicamente a alguien con el propósito de obtener de él una relación sexual y embargar o cautivar el ánimo.

Sin embargo, en cuanto a los diversos conceptos acerca de la seducción se encuentra que también tiene una connotación positiva. “Puede considerarse como el arte de enloquecer a una persona, siendo que el amor romántico se considera una suave locura” (Ross, Martín, 2013).

Para la psicóloga clínica Lourdes Hernández Matamoros, especialista en terapia familiar sistémica, es muy importante que una vez conformada o establecida la pareja, esta conozca acerca de las diferentes etapas de su ciclo de desarrollo. Incluso que la seducción podría ser una tabla de salvavidas.

“El amor avanza hacia otro tipo de vinculación, hacia un amor maduro, y aquellas parejas que desconocen esto podrían precipitarse y creer que este sentimiento está decayendo cuando se alejan de la etapa de enamoramiento, cuando la seducción cumplió un papel determinado”.

Entonces, agrega, informarse sobre estas etapas preparará a las parejas a estar pendientes de incorporar o reincorporar aquellas conductas de seducción, una vez que ya se conoce más a su compañero.

Según Cecilia Chávez Bowen de Larrea, orientadora familiar y terapeuta de pareja, es muy importante que se mantenga el encanto de la seducción. Mientras más tiempo se convive, hay una tendencia a descuidar los detalles, el coqueteo y los halagos, tan necesarios para que el romance subsista.

La falta de autoestima y seguridad en uno mismo, dice, puede causar dificultades para acercarse al sexo opuesto, como solteros y, ya en el matrimonio, puede generar desconfianza y celos porque, en el fondo, no se sienten capaces de mantener el amor de su pareja.

El acto de seducción a la pareja, dice la coach ontológica Cristina Vásconez, parte del observar a ese otro y desde ahí lograr indagar sobre sus particularidades, deseos y preferencias. Esto para entrar en consonancia, hacerse relevante e ingresar a la esfera de quien interesa.

Incluso, detrás de la seducción, refiere Hernández, hay distintos factores que las parejas que se aman no deben olvidar. En algunos casos, el cortejo o atracción se inicia por la simpatía; en otros, por los valores o cualidades de la otra persona, o por un gesto o detalle que impresiona o cubre expectativas de cada individuo respecto de cómo desea sentirse atraído.

Problemas de seducción

Según Vásconez, hay personas que tienen dificultades para seducir a otras por falta de autoconocimiento, la desconexión propia de las necesidades individuales, baja autoestima, una mirada empobrecida de sí mismas con tendencia a magnificar al otro.

También se debe a la falta de aceptación de ese otro en su cabalidad, ya que luego de la conquista inicial se tiende a tratar de transformar al amado y con ello los sentimientos entran a participar en una especie de condicionamiento poco sano. Pues la abulia –falta de voluntad– y la rutina son enemigos de la seducción. Por lo tanto, los peores consejeros para mantener una relación sana y feliz.

“La seducción es parte inherente a una relación de pareja sana, ya que pone de manifiesto el goce y la celebración del amor, de manera mutua, en un diálogo que si bien pueda atravesar todos los inconvenientes de una convivencia, la fortalece porque nace del respeto, desde la alegría del compartir la vida”.

Los problemas de la seducción, indica Hernández, se expresan en la reciprocidad de la atracción: si es ambigua “como que si le gusto”, pero “por qué no lo dice”. Entonces hay que ahorrarse esfuerzos y decepciones. Y si se sospecha de que existe reciprocidad por comentarios de otros, se puede caer en la ilusión.

Todo esto se supera, agrega, teniendo confianza en las propias habilidades de seducción, es el arte de hacer sentir a un otro u otra que cada vez quiere compartir más tiempo y espacio, intereses, incrementándose la atracción física y sexual. Cuando la reciprocidad es obvia, clara y directa, se podría pasar a la siguiente fase, la conquista o enamoramiento.

Tips para seducir

Los siguientes tips, dice Cecilia Chávez, ayudarán para seducir a la pareja. En general son los mismos para varones y mujeres. Tal vez la diferencia mayor es que ellas tienden a suponer que ellos deberían conocerlas y saber qué les gusta y qué no, sin necesidad de decirlo. Y no es así.

• Conozcan mejor a su pareja. No den por hecho algo por ser lo acostumbrado. Conversen, pregunten, inventen juegos.

• Intenten cosas nuevas. La emoción que genera lo desconocido aumenta la pasión.

• Que el hogar sea un refugio y no una cárcel. Que deseen llegar para estar juntos. Dejen para luego los problemas cotidianos.

• En pareja no se debe usar el sexo para manipular, se hace el amor como demostración de afecto.

• No espere a tener dinero extra para darle un regalo, sorprenda a su pareja con un detalle creativo en un día cualquiera.

• No espere que su pareja tome la iniciativa. Sorpréndala. Cambien los roles y salgan de la rutina.

• No vaya “directo al grano”. Mírela a los ojos, dígale lo que imagina hacer, rompa el hielo con una frase coqueta, viva el momento con todos sus sentidos.

• Si su mujer está resentida, arregle eso primero. Preocuparse porque se sienta bien puede ser de lo más seductor. No confíe tanto en el sexo de reconciliación.

• Usen su sentido del humor (no sarcasmo), sobre todo si entran en un terreno desconocido. Si tocan un tema delicado de índole sexual, por ejemplo.

• Atraiga su atención, trate de que el momento ayude. A veces hace falta un descanso antes de iniciar la conquista. Tomen algo juntos, ríanse un poco, que el estrés del trabajo termine para que se haga un clima romántico.