Agricultura en la ciudad

Elevar la tecnología utilizada en las granjas urbanas marca el camino para la alimentación en el planeta.

Las granjas urbanas podrían alimentar a las ciudades en el futuro cercano. En un parque industrial de Londres, por ejemplo, se cultivan las hortalizas en estanterías, iluminadas por luces led y fertilizadas con los desechos de una granja de peces ubicada en el mismo edificio.

A este sistema se llama acuaponia o hidroponia, y hace que el proceso de producción sea más sostenible, al utilizar menos químicos y menos agua para obtener una cosecha mayor, todo el año.

Por supuesto, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) reconoce que esta es una práctica extendida y calcula que hay unos 800 millones de granjeros urbanos en el mundo (aproximadamente la misma cantidad de personas que no tienen suficiente que comer, según la misma entidad), pero se trata de un sector informal y sin registros. El Foro Económico Mundial afirma que las granjas citadinas de alta tecnología son la respuesta.

Industrializado y sostenible

Kate Hofman es cofundadora de GrowUp Urban Farms, una de las primeras granjas comerciales dedicada a la acuaponia y a los huertos verticales. Funcionan en unas bodegas al sureste de Londres, junto a una granja de tilapias que se venden a los restaurantes de la ciudad.

En un salón iluminado por luces led rosadas y a temperaturas controladas, brotes de hortalizas de hoja verde y hierbas crecen en estantes de metal que se elevan hasta el techo, cubiertos de una alfombra de fibra reciclada fertilizada con los desechos de la piscina de los peces.

Para Hofman, entrevistada por la periodista Lin Taylor, de la Fundación Thompson Reuters, esto no solo es bueno en términos de costo-efectividad, sino que es también una manera sostenible de alimentar a la gente en la ciudad. Ella cree que las personas tienen una idea irreal de cómo se produce la comida. Piensan que el granjero arará eternamente la tierra.

Cercanía y frescura

A diferencia de los productos importados, la comida de las granjas urbanas viaja menos, reduciendo gastos de producción, desperdicio y uso de combustible. “Ya que están en proximidad a la población de la ciudad, ellos pueden ver por sí mismos de dónde viene lo que comen. Esto tiene un beneficio en términos de educación y de reconectar al usuario con la comida”, dice Makiko Taguchi, secretaria de la Iniciativa Alimentos para las Ciudades, de la FAO. Tener a la mano las fuentes de comida es también crucial si la provisión es alterada por enfrentamientos civiles, inundaciones y clima extremo.

Aunque Hofman piensa que la agricultura urbana jamás reemplazará los sistemas existentes de producción de comida, espera ser pionera en aumentar la escala actual de las granjas en las ciudades. “Hay tanto por conocer en nuestro modelo. Tantos retos que estamos tratando de superar. Pero ofrece una oportunidad emocionante para que la gente acepte la idea de cultivar como algo que puede ser sustentable y altamente tecnológico”.