Caída del cabello
Identificar el origen de la caída del pelo es importante para aplicar la solución médica.
Para la mayoría de las personas, la escasez o pérdida del cabello le produce un gran impacto emocional. Tanto que se desesperan y tratan de encontrar una respuesta inmediata para evitarla.
Xavier tenía 24 años cuando al despertar notó que en la almohada y en la sábana había muchas hebras de pelo. Él siempre supo que lo normal era perder entre 50 y 100 cabellos al día. Pero dos años después, la pérdida había aumentado y se reflejaba en la coronilla.
“Usaba todo lo que me decían para que me creciera, y nada. Terminé donde una dermatóloga que me envió a tomar vitamina B y a aplicarme ampollas en el cuero cabelludo en forma de masajes, y nada. Pero al menos fue sincera, ella me indicó que solo evitaría que avanzara el proceso, ya que mi problema era de tipo genético: mi abuelo padeció calvicie, y en mi caso era responsable la hormona testosterona”.
En cambio, Amanda, de 45 años, empezó a notar la pérdida de cabello cada vez que al bañarse se le desprendían grandes cantidades de hebras. Preocupada, comenzó a comprar productos que se lo harían crecer, pero al ver que no daban los resultados que quería se deprimió hasta el punto que se negaba a salir.
Luego de acudir donde un especialista conoció que su problema había sido por malos hábitos. “Siempre usaba moño, a veces recogido después de bañarme, incluso me aplicaba muchos tintes y esto lo debilitó”.
Según la dermatóloga Blanca Almeida Jurado, estudios estadísticos han demostrado que el sexo masculino tiene más tendencia a la caída del cabello. Se estima que el 50% de los hombres caucasianos sufre de alopecia debido al papel que juegan las hormonas masculinas en el desarrollo de la enfermedad. En cambio, la alopecia en la mujer es en menor grado, pero el impacto emocional es mayor cuando esta se produce en gran escala, pues mientras en ellos la caída del cabello es aceptada como una manifestación de la edad, no ocurre lo mismo en el sexo femenino, la cual produce ansiedad a cualquier edad de presentación.
Papel del cabello
La función que cumple el cabello no es solo estético, dice Almeida, sino de protección contra las agresiones que causan las radiaciones solares, ya que evitan las quemaduras o lesiones propias de daño solar como son las queratosis seborreicas, actínicas o peor aún cánceres más agresivos. Motivos suficientes para preocuparse cuando surge la caída de estas hebras.
Los expertos en dermatología dicen que, efectivamente, lo normal es que se caigan entre 50 y 100 cabellos a diario y que crezcan alrededor de un centímetro por mes, ya que el folículo piloso (unidad que conforma el pelo) se mantiene en actividad. Sin embargo, aseguran que si la caída supera al crecimiento, ocurre la temida calvicie o alopecia.
El dermatólogo Manuel Briones Ibarra explica que el folículo piloso es el único órgano que se regenera constantemente, haciendo que el pelo crezca de manera cíclica en tres fases: la anagén, catagén y telogén. La primera da lugar al crecimiento durante dos a seis años; la segunda corresponde a una regresión o parada progresiva de las funciones activas del pelo y dura de una a tres semanas; y la tercera es de descanso, de dos a tres meses. En esta última se cierra el ciclo con la caída del cabello y, a continuación, el folículo entra de nuevo en la fase anagén.
Al nacer, dice, es cuando se tiene la mayor cantidad de folículos pilosos, aproximadamente 1.200 por centímetro cuadrado, los cuales van disminuyendo con la edad para transformarse en folículos terminales, que a nivel del cuero cabelludo son alrededor de 100.000.
“Los motivos por los cuales el pelo crece son de difícil explicación, porque intervienen muchos factores como son los hormonales, nerviosos, vasculares e inmunológicos, que hacen que la causa de la caída sea muy variada”.
Tratamientos novedosos
Debido a las múltiples posibles causas de la caída del cabello, el tratamiento para detenerla está encaminado a corregir la alteración local u orgánica, por lo que es necesario acudir a un médico dermatólogo para que cada caso sea evaluado y descartar las enfermedades o trastornos asociados.
La doctora Almeida indica que el uso del finasteride (empleado en alteraciones de la próstata) sigue demostrando utilidad para detener y repoblar las áreas alopécicas tanto en hombres como en mujeres, ya que ayuda a repoblar las frontales y las del vertex (coronilla). Otra medicación de utilidad es la Serenoa repens, aunque en menor escala de eficacia.
En la última reunión de la Academia Americana de Dermatología, realizada recientemente en EE.UU., se presentó un trabajo en el cual se demostraba la eficacia del plasma rico en plaquetas. “Al parecer, hay un beneficio en el 30 a 40% de pacientes con alopecia moderada y que aún mantienen los bulbos pilosos”, agrega Almeida.
También está en estudios la utilización del dutasteride, otro inhibidor hormonal, aunque aún no está aprobado para este fin. Pero agrega que estos medicamentos no están libres de efectos secundarios, por lo que su uso debe restringirse a prescripción del médico especialista.
Sin embargo, dice Almeida, hay que destacar que los tratamientos producen mejores efectos en etapas tempranas de la alopecia, y el trasplante del cabello podría ser considerado en etapas avanzadas del proceso.
Por último, se pueden recomendar procedimientos cosméticos que disminuyan el impacto psicológico de la alopecia como el uso de productos que actúan dando volumen al cabello o que eviten la ruptura del mismo. También para controlar la dermatitis seborreica y así evitar la picazón y el consecuente rascado y ruptura del cabello. Incluso, se pueden utilizar sprays que disimulan las áreas peladas.
Tipos de alopecia
Según Manuel Briones, existen dos tipos de alopecia: la androgenética de patrón masculino y la androgenética de patrón femenino. Esta última no siempre se relaciona con las hormonas sexuales (andrógenos) y es de tipo difusa, es decir que el pelo se hace fino, corto y ralo, pero sin llegar a producirse la calvicie total.
La caída del cabello (especialmente en la mujer) puede ser también una manifestación de otros factores como enfermedades debilitantes, déficit de hierro o vitaminas, infecciones ocultas, trastornos en la glándula tiroides, cirugías, medicamentos, entre otros.
Incluso, dice la dermatóloga Elizabeth Benites Estupiñán, se produce por estrés, consumo de ciertas píldoras anticonceptivas, posparto o por enfermedades como lupus o diabetes. Además, influye llevar el cabello atado de manera tirante y prolongado, el abuso de planchas y secadores; por tinturas, entre otros.
Folículo piloso
Es una invaginación inclinada en el cuero cabelludo en la que está anclado el cabello individual.
El final de las glándulas sebáceas está en la parte superior de los folículos y aportan (sebo) grasa al cabello, según www.schwarzkopf.es
Quimioterapia
Es un tratamiento contra el cáncer con medicamentos y puede provocar adelgazamiento del cabello o su pérdida.
Sin embargo, esto es temporal; una vez finalizada la quimioterapia, el cabello volverá a crecer, según
www.greenhosp.org