Molestias en bebés
Los niños menores de un año suelen presentar problemas gastrointestinales. Es importante alimentarlos correctamente.
Todo bebé menor de un año se considera un lactante. Etapa en la que normalmente suelen presentar molestias gastrointestinales, como son el reflujo gastroesofágico, los cólicos o las enfermedades respiratorias y digestivas.
Según el pediatra Félix Carrera, especialista en gastroenterología, el reflujo se debe a que los alimentos regresan desde el estómago hacia el esófago y se expresan como regurgitación y/o vómitos. La causa más frecuente es una mala técnica de alimentación, principalmente por el uso de biberones.
Sin embargo, el niño que recibe de manera exclusiva lactancia materna rara vez tiene reflujo, problema que generalmente desaparece en forma espontánea en alrededor del año de edad.
En cuanto al cólico del lactante, manifiesta, no tiene causa conocida, pero se expresa como distensión abdominal, dolor abdominal, llanto más frecuente en las tardes y en las noches, y dificultad para expulsar los gases. Generalmente desaparece alrededor del cuarto mes.
Otra molestia muy común en los primeros tres a cuatro meses de vida, dice Carrera, es la obstrucción de las fosas nasales secundaria a una inmadurez del epitelio nasal. Esto genera que el moco de la nariz se seque (más frecuentemente cuando hace frío), lo cual produce obstrucción y dificultad para respirar, que es más acentuada cuando el bebé lacta.
Esto se resuelve aplicando solución salina fisiológica al 0.9% en las fosas nasales cinco a diez gotas antes de cada tetada, tres a cuatro veces al día. Este problema también desaparece entre el tercer y cuarto mes.
Asimismo, puede presentarse las gastroenteritis (fiebre, vómito y diarrea). Según el médico son relativamente frecuentes a esta edad y generalmente se debe a infecciones virales o bacterianas. Su tratamiento es hidratación, antibióticos, probióticos y no suspender el pecho materno. Es importante evitar dos complicaciones: la deshidratación y la desnutrición.
Lactancia materna
Para la doctora chilena Silvia Cruchet Muñoz, magíster en gastroenterología y nutrición pediátrica, el 75% de los niños, es decir la mayoría, presenta algunas molestias, porque tienen su aparato gastrointestinal inmaduro, pero no significa que están enfermos y pueden tomar leche materna sin ningún problema.
No obstante, entre el 20 y 25% de los niños a pesar de alimentarse con leche materna sufren frecuentemente cólicos, vómitos, deposiciones muy repetidas, no suben de peso y no pueden tomar leche de su madre porque padecen alguna enfermedad.
La alimentación más completa del niño es la lactancia materna, dice Cruchet y sugiere que los bebés la consuman exclusivamente durante los primeros seis meses de vida, porque con esta suben de peso, crecen y no tienen ningún problema serio. Entonces, no hay que estar permanentemente agregándoles ni fórmulas, ni agua, ni papillas.
Pero si la madre no tiene leche materna por algún motivo, se debe alimentar al bebé con fórmulas lo más parecidas y adecuadas posibles a la leche materna, porque esta tiene mucha lactosa, hidratos de carbono, bacterias y una serie de características que hace que el niño madure su intestino de manera normal.
En la actualidad, dice, hay fórmulas a base de leche de vaca modificadas, cuya carga de proteína ha sido disminuida con agua para que no dañe los riñones del niño, también tiene baja cantidad de sodio (sal), menos grasas, y se le han agregado vitaminas. “Se la puede consumir hasta los seis meses o el año de edad cuando la mamá no puede dar de lactar”.
Si el niño sufre de cólico, en especial, lo primero que se hace es revisar que la madre esté alimentando bien al niño, porque hay quienes se lo ponen al pecho cada hora o dos durante todo el día y eso no está bien, ya que la barriga se llena y no se vacía hasta tres horas. Eso produce más dolor e incluso vómito.
En ese caso recomienda usar probióticos, que son microorganismos vivos que se dan en gotitas y en fórmulas para mejorar la flora intestinal, lo que permitirá digerir bien los hidratos de carbono y la lactosa que está en exceso en la leche de la madre.
Las manifestaciones enunciadas, asegura Carrera, son problemas cuya incidencia o impacto se puede disminuir, pero es imposible evitarlas, ya que dependen de la respuesta orgánica del paciente y otros factores. (S.M.de.C.)
Alerta amarilla
Según el doctor Félix Carrera, se debe llevar a los bebés al hospital cuando presenten lo siguiente:
• Gastroenteritis con deshidratación y desnutrición.
• Dolor abdominal. Para descartar infecciones de vías urinarias, invaginación intestinal y a veces apendicitis.
• Estreñimiento crónico. Este problema puede llevar a formar sangrados por fisuras anales, hemorroides, divertículos y cáncer de colon cuando se llega a la vida adulta. Será necesario modificar su alimentación aumentando el consumo de agua, alimentos ricos en fibra.
Bebés amamantados
Según la Asociación Española de Pediatría la leche materna ofrecebeneficios psicoafectivos y nutricionales al bebé.
También lo inmuniza contra diversas infecciones y lo protege de futuros males como obesidad, diabetes o afecciones cardiovasculares.
Vacuna contra rotavirus
En el caso de la gastroenteritis viral es sumamente importan te la vacunación contra rotavirus en los primeros seis meses de vida.
Además, los niños lactantes durante el primer mes se deben alimentar a libre demanda (cada vez que deseen), luego cada tres horas, hasta los seis a ocho meses, según el Dr. Félix Carrera.
Leche de vaca pura
Debe usarse en niños mayores de un año y evitarse cuando produzca problemas de intolerancia a la lactosa o alergia a las proteínas de esta leche.
En los menores de un año se la usa, pero modificada por los laboratorios que producen las fórmulas infantiles, lo cual no genera trastornos salvo que exista alergia a estos productos, dice Carrera.
Llanto excesivo
Los bebés de 0 a 6 meses normalmente lloran de una a tres horas diarias. Lo hacen por hambre, sed, cansancio, soledad o dolor.
Pero si es demasiado frecuente, puede ser una señal de algo que requiere tratamiento, según www.nlm.nih.gov.