Qué hacer con los juanetes

24 de Septiembre de 2017

¿Gimnasia, tablillas u operación? El tratamiento depende del estado en el que se encuentre el pie.

Demasiado estrechos, demasiado altos, o muy puntiagudos: los zapatos de tacón alto pueden ser muy incómodos. Sin embargo, algunas mujeres no quieren renunciar a ellos y terminan pagando un precio alto: tener el talón hacia arriba hace que los pies adopten una posición poco natural, por lo que el dedo gordo (hallux) puede terminar torcido.

Los médicos hablan entonces de hallux valgus o ‘juanete’, el término coloquial. Cuando se sufre de hallux valgus, los tejidos de los huesos y las partes blandas como los tendones y los músculos del pie se deforman, lo que hace que se corra de lugar la articulación del dedo gordo.

Al costado del pie se forma un sobrehueso que genera una presión incómoda contra el zapato. El problema no es solo estético, por más que el juanete no se vea nada bien: si no se trata, los dolores se vuelven más intensos.

En la formación del juanete intervienen distintos factores. Del 60 al 70 por ciento de los casos, hay una predisposición familiar, pero si además se tienen tejidos conjuntivos blandos y se usan zapatos de tacón alto, lo más probable es que el pie se deforme..

Si nota que su pie cambia de forma, vaya al médico o al podólogo cuanto antes, ya que si no se trata a tiempo, puede afectar más que a los pies: empezará a caminar distinto, tener dolor en las rodillas y en la espalda.

En los estados iniciales del juanete pueden ayudar los separadores de dedos o un entrenamiento de los músculos del pie, que alivian el dolor. Los separadores, con gel o silicona, se colocan entre el dedo gordo y los dedos aledaños. Así se logra que el dedo afectado por el juanete se coloque en una posición normal.

Unas tablillas especiales en el pie pueden ayudar también a que el dedo gordo vuelva a su posición natural. Entre los ejercicios para aliviar el hallux valgus está el de levantar un lápiz del suelo con el pie, por ejemplo. Separar los dedos también ayuda.

Pero cuando no ayudan separadores, vendas, tablillas ni la gimnasia, los pacientes pueden evaluar someterse a una operación. En principio se trata de una corrección de los huesos y las partes blandas. Después de la intervención hay que usar un zapato especial o bota de seis a ocho semanas para que el hueso corregido no se quiebre.

Lo mejor, claro está, es no tener que llegar tan lejos. Si quiere hacer algo para prevenir los juanetes, hará bien en caminar lo más posible descalzo. También ayuda la gimnasia regular de pies para mantenerlos en forma.

En el día a día, lo mejor es usar zapatos planos que le brinden espacio suficiente a los pies. Los tacones altos déjeloso para ocasiones especiales. (DPA)

¿Por qué aparecen?

Además de los zapatos inadecuados, están los factores genéticos que definen la forma del pie, la disposición de los huesos y la flexibilidad de los ligamentos. Pero también cuentan los procesos reumáticos, enfermedades neurológicas y golpes.
 

Después de la cirugía

Hay varias causas por las cuales el juanete puede reaparecer después de la cirugía. Algunas tienen que ver con el comportamiento del paciente, y otras con factores de la malformación que no se tomaron en cuenta durante la operación.
 

 

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