Sequedad ocular

22 de Enero de 2012
Sheyla Mosquera de Calderón

Cuando los ojos tienen escasez de lágrimas por un desequilibrio,  causan molestias. Aunque no tiene cura, sí es tratable.

Nuestras lágrimas no solo sirven cuando lloramos para  demostrar un sentimiento, también son importantes porque constantemente mantienen los ojos hidratados, lubricados y protegidos contra las infecciones.

Pero cuando hay un desequilibrio en el sistema lagrimoso, la persona puede sufrir de sequedad ocular, que se manifiesta  con ardor, picazón, enrojecimiento y sensación de tener una basura o cuerpo extraño. Incluso, paradójicamente, en ocasiones, un lagrimeo a causa de la inflamación del ojo.  

La Academia Americana de Oftalmología (AAO) refiere que los pacientes con síndrome de ojo seco tienen una creciente frecuencia de malestares que pueden llegar a ser constantes, así como potencialmente incapacitantes síntomas visuales.

Según el oftalmólogo Eduardo Viteri Coronel, existen varias enfermedades que producen o agravan la sequedad ocular, especialmente la artritis reumatoidea o similares. También el síndrome de Sjogren es particularmente frecuente. “Son patologías en las que se produce una inflamación crónica de las glándulas lagrimales y reduce la capacidad de producción de lubricación ocular”. 

Asimismo, el síndrome de Stevens-Johnson es un cuadro inmune desencadenado por algunos medicamentos que producen extensas lesiones en piel y mucosas, con severa hiposecreción lagrimal que puede comprometer gravemente la vida y la visión de los afectados.

También los trastornos hormonales que acompañan a la menopausia (cese definitivo de la menstruación) acentúan la resequedad ocular, y en el caso de algunos medicamentos para control del colesterol y antihipertensivos, la alteran.

Incluso, agrega, la deficiencia severa de vitamina A produce sequedad ocular extrema que puede terminar en perforación de los ojos, principalmente en bebés.

“Hasta hace pocos años esta era una de las causas más frecuentes de ceguera en niños en países subdesarrollados, pero las campañas preventivas y la mejora en la nutrición infantil están reduciendo esta patología”, dice Viteri.

Según la AAO, en pacientes en los que la condición de ojo seco es causada por una deficiencia irreversible de la producción de lágrimas o una enfermedad crónica que conduce a una mayor evaporación, tales como la blefaritis, la enfermedad puede hacerse crónica por la gravedad de las fluctuaciones de los síntomas o el aumento gradual de estos con el tiempo.

Evaluar lágrimas

Cuando se sospecha de ojo seco se lo debe confirmar mediante el Test de Schirmer, que consiste en colocar una tira de papel filtro en el borde del párpado durante un minuto, luego de lo cual se mide qué extensión del papel se humedeció en ese lapso. Además, la secreción basal de lágrimas se evalúa de forma similar, pero luego de colocar gotas de anestesia tópica.

También, dice Viteri, se considera la estabilidad de la película lagrimal observando el tiempo que demoran en aparecer “puntos secos” en la superficie ocular, en forma similar a lo que ocurre cuando se coloca agua sobre un auto que está encerado.

Adicionalmente se busca evidencia de lesiones en el epitelio que cubre la superficie ocular, colocando gotas de colorantes vitales como rosa de Bengala o fluoresceina, que tiñen las células dañadas por la resequedad ocular.

No tiene cura

El tratamiento de ojos secos depende de la severidad del caso, pero no tiene cura. Según Viteri, es muy difícil restablecer la producción de lágrimas en calidad y cantidad normales.

Si el problema es leve, es suficiente la aplicación de colirios lubricantes cada cuatro a seis horas, y en casos moderados o severos se adiciona medicación antiinflamatoria. Incluso  puede ser necesario poner tapones en los puntos de drenaje lagrimal para prolongar la permanencia de la poca lubricación existente.

Pero cuando el ojo seco es muy severo pueden presentarse úlceras de la córnea (lente transparente del ojo) y se requieren preparaciones especiales de suero autólogo (similar a la lágrima) o líquido amniótico. En casos extremos puede ser necesario coser los párpados para proteger la superficie ocular.

También, agrega, se sugiere consumir alimentos ricos en omega 3, porque mejoran la lubricación ocular. Por ejemplo, tomar diariamente dos cucharadas soperas de semilla de linaza molida que se puede mezclar con jugo o fruta.

Según la médica nutricionista Narcisa Zambrano, el omega 3 también se encuentra en los pescados de mar como albacora, bonito, atún, macarela, salmón, caballa, sardina, trucha y sierra. Además, en todos los mariscos, especialmente las ostras y ostiones.

“Los efectos beneficiosos del omega 3 se ven cuando el pescado no se fríe y se come la parte de alrededor del ojo y la piel. Mientras más grasoso, es más rico en esta sustancia. También se lo encuentra en las nueces y en los aceites de canola o lino, entre otros”, asegura.

A los 50 años producimos solo un 40% a 50% de la lubricación ocular que se va reduciendo con la edad.

 

Esfuerzo visual

El uso prolongado de un computador o el concentrarse demasiado en alguna actividad visual hacen que la frecuencia de parpadeo disminuya y la lubricación ocular deficiente se evapore acentuando las molestias, especialmente, si se encuentra en un local con aire acondicionado que reseca mucho el ambiente.

 

Prevenir el ojo seco

No hay manera de prevenir la sequedad ocular en forma cierta y perfecta, pero se puede llevar una alimentación balanceada, proteger los ojos de la exposición a la radiación ultravioleta y tratar las enfermedades subyacentes, esto puede reducir la incidencia y severidad del ojo seco.

 

Pérdida de la visión

Son pocos los casos en que la lubricación ocular desaparece por completo. Pero si sucede constituye cuadros gravísimos que generalmente pueden causar pérdida parcial o total de la visión.

 

 

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