‘Me salvé de una vida desastrosa’

18 de Marzo de 2012

Hace cuatro años conocí a mi  ex pareja cuando vine por vacaciones a Ecuador. Después nos separamos por tres años y volvimos porque me convenció. Dijo que me amaba y que quería formar un hogar a mi lado, y que no me había podido olvidar.

Realmente no estaba convencida de querer estar con él porque a diferencia mío, yo había estudiado una carrera en los Estados Unidos, lugar de mi  residencia actual. Soy una profesional que gana muy bien, en cambio él no mucho. Muchas veces lo ayudé económicamente porque tenía deudas con tarjetas de crédito, según lo que me decía. Incluso la mayoría de nuestros problemas se debían a su poco interés por superarse profesionalmente. Siempre es bueno hacer posgrados u otros cursos para estar actualizados y poder aspirar a un mejor trabajo.

Pero a él no le importó, no se preocupaba por superarse y me quería arrastrar a su forma de pensar, que me parecía mediocre. Incluso hacía planes con mis ahorros.  Hasta llegó  a  proponer que abandone mi trabajo y que regrese a mi país, que solo sería por un tiempo. Me dejé otra vez convencer, pero esto me costó muchas lágrimas. Descubrí que tenía otra mujer y que con mi dinero la había estado manteniendo.

Fui la más tonta de las tontas. Por eso decidí compartir mi historia con otras mujeres para que no cometan el error de dejar su trabajo o profesión por hombres que no aspiran a superarse y que solo nos utilizan o nos bajan la autoestima. En mi caso solo aproveché una licencia por tres meses y gracias a Dios no renuncié. Me salvé de una vida desastrosa. 
Francisca,
Nueva York, EE.UU.

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