‘Mi marido no tuvo una guía espiritual’
Cuando me casé hace 20 años lo hice convencida de que iba a ser muy feliz. Todo parecía que iba a funcionar. Luego llegaron los hijos y con ellos también las dificultades económicas, relacionadas con manutención, escuelas, medicinas, en fin. Mi esposo al principio demostraba mucho amor y respeto, pero con el tiempo fue cambiando hasta transformarse en alguien diferente.
Ya no tenía atenciones conmigo, andaba irritable. Lo peor de todo es que dejó de ir conmigo a la iglesia, pues nosotros éramos católicos. Al menos él lo aparentaba. Siempre le pedí que se confesara y jamás lo hizo, quería que fuera un ejemplo para mis hijos, para que crecieran en un hogar bonito con valores. Pero con él no se pudo. Él me decepcionó poco a poco, me hería en cada pelea que teníamos hasta que necesité buscar ayuda psicológica para no perder mi matrimonio.
Así que acudí a una psicóloga de las que responden en El Especialista. Es muy difícil salvar un matrimonio cuando solo una persona es la interesada. Con mi marido no se pudo. Analicé cuál fue lo que destruyó nuestra unión; y fue su incapacidad para controlar su carácter y su desinterés por ser un verdadero hijo de Dios. Si él hubiese tenido una guía espiritual, habría aprendido que la felicidad estaba a su lado y que su mayor riqueza era su hogar.
Amada,
Guayaquil