Compromisos con el Yasuní

Por Paula Tagle
16 de Octubre de 2011

 

Parque Nacional YasuníEl planeta es un solo cuerpo viviente; en pequeños ecosistemas se ha probado que las especies interaccionan unas con otras, que se trata de un continuum de vida; si se altera alguno de los factores, definitivamente el producto siempre será diferente. A gran escala ocurre lo mismo, es cuestión de lógica matemática. No debemos tratar a los ambientes como entes aislados, ni al humano como variable fuera de la ecuación. Estamos inmersos en la misma traslación alrededor del Sol.
 
Así lo entiende Carlos Lalama, jefe de máquinas de un barco de Galápagos. La tierra es una sola y hay que cuidarla, sea aquí o en la China. Y en esta ocasión se trata de un lugar muy próximo, al este de los Andes ecuatorianos, en nuestro propio territorio patrio, el Yasuní.
 
Muchos países e individuos se han unido a la causa: si se recauda al menos el 50% de lo que produciría la explotación del petróleo en el Parque Nacional Yasuní, este se quedará bajo tierra. Y la mitad son 3.600 millones de dólares. 
 
Con tal suma el Ecuador renunciaría indefinidamente a la extracción de 846 millones de barriles de petróleo que generarían ingresos de 7,2 mil millones de dólares.
 
Para un país en vías de desarrollo, con incontables necesidades que atender, es un compromiso gigante. ¿Vale la pena dejar de percibir una suma de tantos ceros, que serviría para construir escuelas, hospitales, carreteras? Es como poner en la balanza de un lado el hoy y del otro el mañana. Me cuesta decidir, pero concluyo que en un planeta enfermo mañana, de poco servirían las mejoras de hoy. El Ecuador está apostando por el futuro y no únicamente el de este pedacito de tierra sino de la humanidad, y apuesta de modo inteligente. 
 
Por eso es justo que el mundo entero participe, porque no explotar el petróleo de Yasuní implica un ahorro de emisión de 407 millones de toneladas de CO2, principal gas responsable del cambio climático. Además habría que sumar el ahorro de al menos 820 millones de toneladas de CO2 que se lograría con los proyectos en los que se invertirán los recursos financieros de la iniciativa Yasuní, tales como programas de reforestación y desarrollo de fuentes limpias de energía. 
 
Y como cada país, especialmente aquellos emisores empedernidos, tiene la obligación de colaborar en esta iniciativa, así también los individuos. Se ha creado un fondo fiduciario Yasuní ITT administrado por el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) con la participación del Estado, la sociedad civil ecuatoriana y representantes de los contribuyentes. Aquí podemos y debemos aportar nuestro granito de arena, o, mejor digamos, nuestra molécula de oxígeno.
 
A veces las buenas intenciones abundan, pero falta la persona que finalmente organice a los demás. Carlos motivó a cada uno de los tripulantes, oficiales y guías del National Geographic Islander para crear nuestra pequeña contribución al Yasuní.
 
¿Quién más se anima en Galápagos a hacer un poquito por este tesoro ecuatoriano con una de las mayores biodiversidades del planeta? 
 
El depósito se realiza en la cuenta corriente del Banco del Pacífico número 5265584, a nombre de Yasuní. La meta es lograr al menos cien millones de dólares hasta diciembre del 2011.
 
Más información en la página www.yasuni-itt.gov.ec
 
Correo electronico de Paula Tagle: nalutagle@yahoo.com 
 

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